Depedro: «No está el momento para ser egoísta, los conciertos los doy con banda»

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El cantante Jairo Zavala, Depedro (Madrid, 1973).
El cantante Jairo Zavala, Depedro (Madrid, 1973). MÓNICA IRAGO

El artista actúa en los festivales 17.º Ribeira Sacra y Atlantic Fest

16 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

A veces las conversaciones en la barra del bar tomando algo son el germen de canciones rotundas. Noche oscura, uno de los últimos temas de Depedro, que interpreta con Leiva, es un ejemplo perfecto. Escucharla y meterse en ella con oídos cómplices resulta un acto inmediato. «La coescribí con un amigo, Lucas Álvarez de Toledo -señala Jairo Zabala, el músico que está tras el proyecto-. Hemos tenido ese tipo de conversaciones muchas veces. La música tiene a veces un carácter sociológico. Y esta vez se ha colado un pensamiento general». Será una de las que tocará en sus conciertos en Galicia. Este viernes estará en el festival 17.º Ribeira Sacra y el sábado, en el Atlantic Fest de Vilagarcía de Arousa.

-Estopa decían que la clave de una canción está en el primer verso. En este caso es: «Todo el mundo exige un cambio pero nadie quiere cambiar». Imposible no seguir escuchándola tras esto.

-Es algo que todos hemos pensado alguna vez. Al decir «todo el mundo», uno se incluye. En Europa nos solemos parapetar detrás del cinismo. En América, tienen una mirada más luminosa. Pero esa canción funciona porque te mueve algo al escucharla.

-Este año ha lanzado tres adelantos del nuevo disco en los que hay colaboraciones: Leiva, Iván Ferreiro y Guille Galván, de Vetusta Morla. ¿Va a ser todo el disco a dos voces?

-Hemos escogido de adelanto tres en las que sí hay esas colaboraciones con amigos. Pero no hay más voces. Me parece suficiente. Les estoy muy agradecido porque a mí me cuesta mucho componer. Llevo con este disco cuatro años. Hay mucho trabajo detrás y ellos me han ayudado a abrir esas nuevas puertas.

-Es decir, que no será otro disco pandémico más.

-Hay una canción que sí se hizo ahí, la que hago con Guille, Máquina de piedad. Lo demás es anterior. A mí, la pandemia me generó cambios personales, pero no quiero significarme como alguien al que le ha pasado algo diferente a los demás. Esto lo hemos afrontando todos de un modo parecido, en la manera de sentirlo y de superar el miedo.

-«Depedro moderniza su sonido», dice un nota sobre uno de sus adelantos. ¿Es así?

-No sé, ojalá. La verdad es que siempre me sale más o menos lo mismo. Las nuevas generaciones son las que tienen que empujar y llevar la música a nuevos sitios. Mi papel no es ese. Sí que puede que este disco sea un poco más directo y menos ambiental. El sonido sí es diferente.

-¿Será por la electrónica?

-Ya lo hice en el pasado. Un tema como Mientras te espero ya tenía una caja de ritmos. Pero es que lo hago con una Roland de los años ochenta, así que tampoco es tan moderno. La electrónica lleva con nosotros desde los setenta con Kraftwerk.

-¿Es difícil encontrar géneros puros en su música?

-La música para mí es un diálogo. Como he tenido el privilegio de viajar tanto y compartir momentos con músicos de todo el planeta, eso se refleja en mis canciones casi siempre.

-¿Hay cabida en Depedro para los ejercicios de estilo?

-Me aburre un poco, la verdad. A veces lo he hecho. Intento que la voz del proyecto musical tenga relevancia respecto al maquillaje o los colores. Pero, evidentemente, la estética musical para mí es muy importante.

-Y lo no musical. Los adelantos del disco tienen portadas sencillas: una luna, una flor, un corazón. ¿Hay una unidad?

-Sí, hay un trabajo enorme hecho por Pedro Chico y el estudio Pon un Diseñador Gráfico en tu Vida. Me han ayudado a desarrollar esa estética que sí que tiene un hilo conductor. Cuando se vea el disco se entenderá todo. Sale en octubre.

-Y mientras tanto, estos conciertos de verano. ¿Viene solo?

-No, todos los conciertos los doy con banda. El momento no está para ser egoísta y hay que hacer un esfuerzo para que todo el equipo que me ha ayudado tanto a desarrollar esto venga conmigo este verano.