Patricio Pron o las varias vidas de un escritor

Xesús Fraga
Xesús Fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

EDUARDO PEREZ

El autor argentino reúne en «Trayéndolo todo de regreso a casa» relatos de tres decenios

14 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El argentino Patricio Pron (Rosario, 1975) se confiesa «muy fan» de Bob Dylan a la hora de justificar el título de su volumen de relatos Trayéndolo todo de regreso a casa (Alfaguara), una traducción del Bringing It All Back Home dylaniano. «Me interesa tanto su música como las ideas que subyacen en ella, como la de la renovación continuada del artista», explica el escritor, quien presentó su obra este martes en el ciclo Somos o que lemos, que coordina Javier Pintor en la Fundación Seoane. Dylan y Pron también comparten un cierto gusto por las preguntas aparentemente sencillas pero de respuesta compleja: «Hay más en el título, que lleva a hacernos preguntas, como qué es el todo al que alude, o qué es esa casa, o que tipo de regreso plantea y si es posible».

Esa reflexión sobre la renovación de un creador también informa la disposición cronológica de las piezas reunidas en el libro, escritas durante el dilatado período que va de 1990 al 2020. Pero su autor advierte de una interpretación excesivamente lineal, ya que en toda carrera hay «avances y retrocesos». «Es un gesto de sincerarme con el lector, que consistía en ofrecerle la oportunidad de acompañar al autor que yo fui, desde que comenzó hasta que empieza a encontrar su voz», explica. «Se trata de contarle de dónde vengo, sobre todo porque he vivido varias vidas como escritor. Mudanzas, formación, cambios...», añade, consciente también de que aunque Trayéndolo todo de regreso a casa es una «puerta de entrada» a su narrativa breve, pero una puerta que no necesariamente debe abrirse con el primer relato, sino que admite otros accesos. «Y doy la oportunidad de que se pueda comprobar si era mejor escritor en mis comienzos, que también es posible», sonríe Pron. Sobre ese autor que una vez fue declara que le asombró comprobar «la gran confianza que tenía en sus capacidades».

Era inevitable que los últimos relatos, los del 2020, hayan acusado el impacto de la pandemia, que Pron aborda desde una mirada oblicua. Su propósito no era ofrecer respuestas, sino formular «mejores preguntas» sobre ese tiempo, preguntas que no encontraba en textos que han ido apareciendo a modo de diarios más o menos literales. Él prefiere abordar el «2020 que pudo haber sido», esas vidas posibles «pero no vividas o, al menos, vividas como un anhelo», el territorio por derecho de la literatura.