«El último verano de la URSS», o cómo Sara Gutiérrez cruzó la Rusia Soviética desde el mar Báltico al Negro

P. M. MADRID / EFE

CULTURA

Detalle de la ilustración de portada del libro de Sara Gutiérrez «El último verano en la URSS».
Detalle de la ilustración de portada del libro de Sara Gutiérrez «El último verano en la URSS».

La médico y traductora asturiana rescata el relato de su aventura quince años después

28 jun 2021 . Actualizado a las 08:49 h.

Pese a saber que en España tenía solucionada su vida profesional, Sara Gutiérrez no quiso seguir un «camino trillado» y se fue a Járkov en 1989 para cursar estudios de Oftalmología, una experiencia vital y de supervivencia durante El último verano en la URSS. Así se titula el libro escrito por Gutiérrez, una joven que prefirió dejar su Oviedo natal para irse a Ucrania dos años antes de que la perestroika de Gorbachov cambiara ese país conocido hasta 1991 como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

«Siempre pensaba que la vida había que vivirla en el momento, y si podía vivir algo extraordinario que me hiciera sentirme más viva, mejor. La cosa es no arrepentirse de no haber vivido», afirma la autora sobre ese mantra vital que siempre la acompaña. Pese a tener un expediente que le hubiera permitido ir a estudiar a EE.UU., «que era el sueño de todo el mundo», quería hacer «algo diferente para destacar» ya que integraba la primera generación de su familia que iba a la universidad. Así, fue pidiendo becas, «para no pedir favores», y se topó con la que le ofrecía el Ministerio de Educación soviético. En 1988 el plan de viaje a la URSS se complicó y se sacó una oposición en España, cuya plaza rechazó porque entonces tuvo luz verde para partir. Y se fue a Járkov.

Pero lo que relata en El último verano en la URSS no son esas peripecias, que también, sino la aventura que le hizo cruzar el país, desde el mar Báltico al Negro, cuando ya se conocía al dedillo la ciudad en la que acabó de formarse como doctora especialista. Un viaje de 15 días, junto a su compañera uzbeka Yulduz, en el que gracias a su visado internacional, que disponía para regresar a España de vacaciones, pudo volar a Leningrado -que solo días después fue renombrada San Petersburgo-. Escrito hace 15 años, y revisado ahora para su publicación con motivo del 30.º aniversario del fin de la Unión Soviética, el libro de Gutiérrez, también traductora de ruso, está ilustrado por el diseñador gráfico Pedro Arjona.

Gutiérrez ve también en sus páginas una suerte de lección vital: «No hay que tenerle miedo a nada, a veces pienso que fui demasiado osada pero por otra parte pienso que no, pienso que tengo tanto derecho y obligación como cualquiera, no hay miedo, la vida hay que vivirla».

Osada o no, este libro también es una lección de Historia porque, como narra, en él refleja además la realidad de la Unión Soviética ante la llega de Gorbachov, a quien la «gente odiaba». «Lo que creía la gente de la Unión Soviética era que allí se vivía con dificultades, pero creían que eso era importante para la construcción de un paraíso, y al ver que había sido un sacrificio en vano eso le impedía soportar a Gorbachov. Yo les decía que era la apertura la transparencia», recuerda.

Tras ejercer siete años de médico en Rusia, de 1989 a 1996, Gutiérrez comenzó allí una nueva aventura, la del periodismo. Una nueva profesión que la llevó a hacer la primera entrevista con el líder Gorbachov para una revista española.