David Peace concluye su trilogía «noir» sobre el Japón ocupado

HÉCTOR J. PORTO REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Con «Tokio Redux», Peace -que reside desde hace años en Tokio- cierra el ciclo integrado por «Tokio, año cero» y «Ciudad ocupada»
Con «Tokio Redux», Peace -que reside desde hace años en Tokio- cierra el ciclo integrado por «Tokio, año cero» y «Ciudad ocupada» Naoya Sanuki

Tras diez años de escritura, «Tokio Redux» vira su audaz ciclo hacia lo clásico policial

30 may 2021 . Actualizado a las 09:29 h.

«Brochazos y estocadas, disparos y oraciones en el óleo y por toda la pared. Como la vida -confusa e inevitable-, uno no ha de querer entenderlo todo pero sí sentirlo». En el breve prólogo con que Carlos Zanón abre la edición en castellano de Tokio Redux -novela de David Peace que cierra su trilogía noir sobre el Japón rendido en 1945 y ocupado por las fuerzas estadounidenses-, el autor barcelonés retrata el compromiso del narrador británico con los hechos, con la verdad, con la escritura. Y sí, como apunta Zanón, es la fisicidad -por veces generadora de horror, por veces conmovedora- uno de los rasgos principales de la poderosa prosa de Peace, que se apoya además en esa reiteración percutora tan suya pero que tanto evoca a su querido James Ellroy, con el que comparte además el gusto por buscarle las vueltas a la historia oficial, apoyándose en la investigación, en la utilización de personajes y acontecimientos reales, pero todo en pos de la ficción más totalizadora, más adictiva. «El libro como instrumento de saqueo y reposo emocional», corrobora con elocuencia Zanón.

Peace se tomó más de diez años para escribir Tokio Redux (2020) y concluir el ciclo integrado por Tokio, año cero (2007) y Ciudad ocupada (2009), ambas publicadas en España por Roja & Negra (del grupo Random House Mondadori) en la versión de Javier Calvo. Algo ha debido tener que ver la excelente edición que Hoja de Lata realizó hace tres años de GB84 -la fabulosa novela que Peace dedicó a las revueltas mineras contra las políticas del thatcherismo de mediados los 80- para que el cierre de la trilogía de Tokio aparezca también en el valiente sello asturiano y de la mano del mismo traductor: Ignacio Gómez Calvo.

La trilogía comienza en el momento en que el emperador nipón da lectura al edicto de la rendición ante las potencias aliadas en la Segunda Guerra Mundial y en Tokio Redux alcanza 1949, en cuyo mes de julio se produjo la desaparición y el asesinato de un relevante personaje público, Sadanori Shimoyama, presidente de la empresa nacional de ferrocarriles y de quien dependía parte de la precaria estabilidad del país. No solo se trata del funcionamiento cotidiano de las cosas sino también de no poner en riesgo el delicado equilibrio de la relación entre la potencia ocupadora, EE.UU., y el pueblo sometido. El relato se articula en torno a tres personajes atrapados -en distintos tiempos y por distintas motivaciones- en este obsesionante caso: el detective Harry Sweeney (1949), el expolicía Hideki Murota (1964) y el exespía Donald Reichenbach (1988).

Peace es siempre Peace, un creador dispuesto a sorprender, desde la excepcionalidad. Lo que sorprende en Tokio Redux es que, sin modificar ese espíritu radical, vira su estilo hacia unos presupuestos que hasta podrían, en el orbe policial, calificarse de clásicos. Y eso en él es todo un cambio de rumbo en la navegación que con pulso firme inició en 1999 con la publicación de 1974, primera entrega del monumental ciclo Red Riding Quartet, que dedicó a los violentos años 70 y 80 británicos inspirado en los crímenes del Destripador de Yorkshire.