Fernanda del Nido: «Faltan unas políticas públicas claras de respaldo al sector audiovisual»

HÉCTOR J. PORTO REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Fernanda del Nido (Buenos Aires, 1974) imparte clases en el MPXA
Fernanda del Nido (Buenos Aires, 1974) imparte clases en el MPXA

La productora argentina, ganadora de un Óscar, elogia el talento del cine gallego

20 abr 2021 . Actualizado a las 19:30 h.

El éxito sonríe a Fernanda del Nido (Buenos Aires, 1974). La última muestra es La boda de Rosa, largometraje de Icíar Bollaín, coproducido por su compañía, Setembro Cine, que ganó dos premios Goya. En el 2017 saboreó las mieles de Hollywood al alzarse con un Óscar a la película de habla no inglesa con el filme chileno Una mujer fantástica, del realizador Sebastián Lelio.

Antigua alumna del Máster en Produción Xornalística e Audiovisual (MPXA), una titulación de la Universidade da Coruña que desarrolla la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, coorganizada con la Fundación Amancio Ortega, imparte ahora en él un seminario sobre cómo hacer cine con visión internacional. Y no olvida el valor de la formación: «Me llevo formando de manera ininterrumpida desde el inicio. No solo por la práctica, sino que sigo estudiando. Si quieres dedicarte a esto, debes saber que la formación durará toda la vida. No hay otra forma. Es como un mar infinito», dice a los nuevos estudiantes.

Su paso por el MPXA fue clave. En sus aulas terminó de descubrir cuál era su oficio. «Había cursado Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires. Me había especializado en educación y trabajado en distintos medios. Pero seguía un poco perdida. Mi bisabuelo tuvo uno de los primeros cines que hubo en Argentina. Sabía que me quería dedicar al cine, pero no hallaba mi rol. Sabía que no era la dirección, pero no qué quería hacer. Encontré mi vocación en el máster, supe que quería ser productora. Fue un camino que empezó ahí».

Da tanta importancia a la formación que dispone un hueco en su agenda para compartir con los jóvenes experiencia y conocimiento. A través de su seminario intenta ayudar a los alumnos a crear una mirada internacional, «darles elementos para que puedan pensar proyectos para un ámbito internacional; sea cual fuere su audiencia, por muy pequeñita que nos pueda parecer, cuando trabajamos para un mercado internacional lo pequeñito deja de ser pequeñito».

La filosofía que les traslada tiene un carácter integral. «Cuando hablamos de cine, siempre tiene el potencial de traspasar nuestras fronteras. Empieza por los contenidos pero no son solo contenidos». Esto no quiere decir, al contrario, que las historias deban abandonar su alma local -«debemos apostar por historias que merezcan ser contadas»-, sino que hay que promover «el pensar de otra manera». No hay fórmulas rápidas, incide, pero lo que abordan en su taller tiene que ver con entender a qué audiencia se van a dirigir con su producto, qué tipo de proyecto deben buscar, la forma de financiarlo, cómo funciona el mercado internacional… «Solo trato de acompañarlos a pensar con una mirada lo más abierta posible», resume. De algún modo, superar cualquier temor o prevención, y entender que acceder a otros públicos es no solo algo factible sino también recomendable.

Un modo de favorecer la internacionalización que a ella le ha funcionado es la coproducción, que defiende porque, explica, le ha servido para conocer otras maneras de trabajar y otros públicos. «La labor del productor es muy solitaria y el poder compartirla, con otra mirada, otra experiencia, otro conocimiento, otro camino recorrido, siempre enriquece mucho la manera de enfrentar los problemas».

Es también una oportunidad para el cine gallego, con el que ha trabajado mucho y con el que sigue en permanente contacto, diario. Ahora mismo anda con un proyecto para rodar en Galicia con Sandra Sánchez, una directora gallega con la que ya colaboró hace muchos años y con la que está inmersa en el desarrollo de su primer largometraje.

En los últimos tiempos han surgido grandes talentos en el cine gallego, que siente como parte de su familia, doblemente, no solo en lo laboral sino por su vinculación afectiva con Galicia, ya que uno de sus abuelos era gallego. Sin embargo, prefiere no hablar de época dorada del cine gallego: «Parecería que no se necesitara nada. Y, por el contrario, queda tarea por hacer. Tanto en Galicia, como en España como en la UE, faltan unas políticas públicas claras de respaldo al sector audiovisual, se precisa un apoyo firme a las cinematografías nacionales y regionales, para poder competir. No es que no sepamos hacerlo, hemos demostrado que sabemos hacerlo, y muy bien, pero es que el mercado está concentrado en unas pocas manos y es muy difícil competir sin apoyo». Es ahí donde apela, aunque habla tanto de compromiso público como privado, a un cierto proteccionismo, al modelo francés como ejemplo claro de concienciación, de fijar sus cuotas de pantalla pero también de los altos presupuestos que le dedica.

El talento gallego está ahí, desbordante, en todos los ámbitos del cine, solo precisó una oportunidad para aflorar, «que alguien apostase por él, le diese confianza, le permitiera trabajar», insiste.

«No ha habido un cambio tan grande en la historia del cine como el que se vive ahora con la llegada de las plataformas»

Fernanda del Nido explica que gracias a los programas públicos que ha habido, algunos impulsados por la UE, se ha buscado, con las coproducciones, alimentar cada vez más la colaboración natural, cultural, idiomática, histórica... en el ámbito iberoamericano. Pero están mudando las reglas de juego. La pandemia ha adelantado los procesos, lo que se esperaba que se diera en diez años ha sucedido en unos meses, subraya. «En la coproducción hemos crecido, pero la distribución sigue siendo un escollo. Y ahora esto se complicará más con el peso de las plataformas. Hay una concentración de intereses, de capitales, de formas de producción… como hubo con los grandes estudios en otro momento de la historia del cine. Hay que ver cómo se va a ir regulando eso», aduce.

No estaría bien, advierte, hacer futurismos ni caer en simplificaciones. «Pero ya estamos viendo cómo está afectando no siempre de manera positiva la producción y la financiación. Esa posición abusiva está notándose en todo el mundo. Esto es para pensar, repensarse. Siempre que ha habido concentración de la forma de producción en las mismas manos… Ya sucedía y sucede hoy con las televisiones en España y el resto del planeta. La concentración del capital siempre modifica las formas de producción, de financiación y la toma de decisiones… Es un momento de muchísimo cambio. Probablemente no ha habido un cambio tan grande en la historia del cine como el que se vive ahora con la llegada de las plataformas y que toque la producción, la financiación, la distribución, el consumo… Y es que implica tanto a nosotros, como parte de la industria, como a la gente que consume», concluye Del Nido.