Teo Cardalda: «Hemos rapeado a Valle-Inclán, pero no me atreví a mover una sola coma»

Teo Cardalda (Vigo, 1962) acaba de perpetrar un puente sobre relojes. Más de cien años separan el talento del fundador de Golpes Bajos y Cómplices de nueve de los poemas que Ramón María del Valle-Inclán (Vilanova, 1866) publicó entre 1907 y 1920, a los que Cardalda acaba de poner música en Claves líricas. El resultado es un disco extraño, distinto y sugerente, en el que las estrofas entre lo rotundo y lo sutil del poeta se ajustan de forma inquietante a las melodías que dibuja el compositor. Una alquimia muy particular funde en su crisol a dos gallegos que comparten una infancia al pie del mar de Arousa, desde dos orillas opuestas del tiempo. Y el artefacto funciona.

-No es frecuente que algo así se haga desde el mundo del pop y del rock. ¿Cómo surge la idea?

-Esto surge hace ya varios años, por mi contacto con mi primo de Vilaxoán, que también se llama Teo Cardalda, y con su amigo Pancho del Valle-Inclán, nieto del escritor. Yo hice un disco con Olalla Bouzas en el que musicamos a varios poetas gallegos. Grabé en Vilagarcía una parte y de repente surgió esta posibilidad. Pancho me propuso musicar poemas de su abuelo. Y ha sido un trabajo largo, de años, con momentos de tirar la toalla, pero hemos llegado a buen puerto.

-La de poeta no es la faceta más conocida de Valle-Inclán.

-No, pero cuando profundizas en ella ves que es algo tremendo. Su dominio del lenguaje, todas sus obsesiones, que tienen mucho que ver con la vida intensa, con la muerte, el existencialismo, los miedos, las incongruencias. Es un tío muy curioso.

-El caso es que la música que has compuesto se ajusta como un guante a sus poemas. Casi mete miedo esto.

-Es que, joder, estamos hablando de poesía de hace cien años que está totalmente vigente. Todas las cosas de las que habla tienen coherencia hoy. María [Monsonís], mi mujer, eligió los poemas que le parecían más idóneos para musicar. Y me puse a ello. Tienen cierta musicalidad, pero fue algo muy distinto a trabajar con el concepto normal de una letra. Y mira, hemos rapeado a Valle-Inclán y pega totalmente, pero no me atreví a mover una sola coma. Ahí costó más.

-Y así acaban las letras de Valle, bailando entre estilos.

-Este hombre era absolutamente abierto. El trabajo tiene un rap, tiene rock, tiene pop, tiene una balada, porque Valle-Inclán es la vida y la muerte, el odio y el amor más profundo, la incongruencia. Musicalmente me planteé que podría salir cualquier cosa. Y así ha sido. Como era él. Está a punto de salir el videoclip de Rosa del reloj, y parece un grupo indie. Es el tema más movido, más rocanrol. Si levantase la cabeza este hombre, no sé qué pensaría.

-Los interludios, esas voces que declaman entre cada uno de los temas del disco, son cosa tuya.

-Me imaginé que él apareciese aquí y que empezase a hablarnos, a decirnos quién es y qué opina de lo que está pasando. Eso son, un poco, los monólogos que van entrelazados entre canción y canción, y van anunciando qué es lo que viene y de qué va ha hablar. Este punto es el que me va a dar la posibilidad de hacer una obra de teatro musical.

-Cuando puse el primer tema, de hecho, pensé que me había equivocado de disco: «Pero si este que habla es el Drogas...».

-[Risas] Es que un personaje con sus pintas no podía tener una voz dulce, sino agria y acerada. Como Joaquín o el Drogas.

«El último disco de C. Tangana es espectacular: una cosa tremenda de letras y producción»

Este viaje en el tiempo debería arrancar con una presentación a los medios en la sala Valle-Inclán de Madrid, con Luis Pastor y Antonio Onetti, el dramaturgo que preside la SGAE. El vídeo de Rosa del reloj apunta por dónde van a ir los tiros. Hay que verlo, sencillamente. Uno de los textos que ha escrito Teo Cardalda imagina que los mensajes sin responder se acumulan en el perfil en Facebook del genio de Vilanova.

-¿Crees que Valle-Inclán tiraría hoy de redes sociales?

-Creo que se cagaría en Facebook y en muchas cosas más que tenemos que comernos diariamente. Pero me gustaría verlo. Soltar de repente a Valle-Inclán y que comprobase todo lo que está pasando. Es todo esperpéntico. Lo que está sucediendo social y políticamente. Lo que ha significado la pandemia para toda la gente, en todo el planeta. Creo que saldría corriendo a la tumba otra vez... Y yo me iría con él.

-¿No hay nada que se esté haciendo musicalmente que te llame la atención? No se habla de otra cosa que de C. Tangana.

-El último disco de C. Tangana es espectacular, es una cosa tremenda de letras y de producción. No creas que soy muy partidario de las nuevas tendencias musicales, y hay cosas que tienen muchísima cobertura hoy y que no me gustan nada. Pero El madrileño es un discazo, me parece que ha conseguido una mezcla tremenda de estilos y mensajes. Hay amigos míos ahí, como Jorge Drexler, Andrés Calamaro o Kiko Veneno, que han dado en el clavo. Es un diamante en bruto.

-¿Qué hay de ese nuevo disco que se anuncia de Cómplices?

-Va a salir un single y el disco lo presentaremos en abril o mayo. Alguna canción ya la soltamos, como Vendrán tiempos mejores. Fue compuesto durante el encierro y estamos muy ilusionados.

Tres en uno

 El disco se acompaña de un libro muy cuidado, con material cedido por la cátedra Valle-Inclán de la USC, textos de Teo Cardalda Fernández y Javier del Valle-Inclán, y una introducción a cargo de Luis Pastor. Se lanzará el día 19 y la idea es darle la forma de una obra de teatro musical.

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