Contra los kamikazes, los jardines zen y la cultura de la pureza, y por un Japón vulgar

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Sakaguchi Ango, el azote del bushido. Los ataques del escritor a la figura del emperador y la nefasta influencia del bushido (el código samuray) en la cultura japonesa no fueron bien acogidos por muchos de sus conciudadanos que basaban su forma de vida en el culto a la tradición. Para otros, fue una celebración muy esperada y necesaria
Sakaguchi Ango, el azote del bushido. Los ataques del escritor a la figura del emperador y la nefasta influencia del bushido (el código samuray) en la cultura japonesa no fueron bien acogidos por muchos de sus conciudadanos que basaban su forma de vida en el culto a la tradición. Para otros, fue una celebración muy esperada y necesaria Hayashi Tadahiko ARCHIVES | Satori

El sello asturiano Satori publica en castellano el ensayo clásico de Sakaguchi Ango que pone en cuestión el valor de la tradición y los rígidos códigos samuráis

09 ene 2021 . Actualizado a las 13:28 h.

La Segunda Guerral Mundial y el papel que Japón desempeñó aceleró el derrumbamiento que afectó a los valores de la tradición que fundamentaban la vida de muchos japoneses. Sakaguchi Ango (1906-1955), hoy un clásico de las letras niponas, escribió de modo pionero sobre este cuestionamiento cultural que puso patas arriba una forma de existencia. Ango ataca con virulencia las bases de este ecosistema enraizadas en el bushido (código samuray), que empuja a los jóvenes al sacrificio, nítidamente visualizado en los kamikazes que dóciles se entregan en sus cazas a la muerte. La retórica de la lealtad de la era Meiji (impuso subrepticiamente el servicio militar obligatorio) caducó, proclama el escritor, que en su ensayo Sobre la decadencia inicia la demolición de un sistema de pensamiento que banaliza la muerte para mantener al pueblo narcotizado y manso. Ango desprecia la levedad de los jardines zen y la ceremonia del té, la simplicidad que conduce al vacío, la muerte, y el esnobismo de lo sobrio y lo suntuoso; y defiende la decadencia, lo vulgar y lo kitsch como escenario perfecto para tocar fondo y donde la vida renace y se reafirma. Mejor sería quemar un templo para construir una estación, advierte. El sello asturiano Satori trae estos textos por fin al castellano.