La Fundación Celso Emilio Ferreiro acoge los textos menos poéticos del autor en su época como procurador

Begoña Rodríguez Sotelino
b. r. sotelino VIGO / LA VOZ

CULTURA

M.MORALEJO

Entre los papeles donados por el colegio profesional al que perteneció durante 16 años hay curiosidades como el  documento en el que pide colegiarse, o el último, de 1966, en el que solicita la baja por no poder pagar las cuotas

12 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Celso Emilio Ferreiro trabajó en el museo Marco de Vigo antes de que este se convirtiera en centro artístico. El poeta de Celanova, que ya lo era antes de ser procurador ejerció 16 años su faceta como profesional del Derecho en ese mismo edificio cuando albergaba los juzgados de la ciudad. Por eso ayer, el Colexio de Procuradores eligió ese significativo lugar para hacer público el hallazgo de más de medio centenar de documentos inéditos conservados durante 70 años por la entidad de cuya junta de gobierno él fue miembro entre 1950 y 1966.

Los papeles han sido cedidos por la organización profesional a la Fundación Celso Emilio Ferreiro, entidad sin sede física que gestiona el legado -sobre todo literario- del autor de Longa noite de pedra, pero también guarda con diligencia tesoros como los que ahora recibe y que se completan con su nombramiento como procurador de honra 2021.

El año próximo se celebrarán actividades alrededor de su figura, como anunció el decano de los procuradores de Vigo, José Antonio Fandiño, acompañado por el hijo del poeta, Luis Ferreiro, y su nieta Raquel. El director del Marco, Miguel Fernández Cid se mostró abierto a futuras colaboraciones al respecto aunque por ahora la edición de postales conmemorativas es la primera y única actividad concretada.

Celso Emilio Ferreiro, en cuyos versos dejó huellas del lenguaje legal se instaló en Vigo en 1950 y entre sus papeles hay curiosidades como el primer documento autógrafo en el que pide colegiarse, o el último, de diciembre de 1966, en el que antes de irse a Venezuela solicita la baja por no poder pagar ni las cuotas. Como aclara Fandiño, sus ideas políticas lo dejaron sin clientes. La poesía, como se sabe, no suele dar de comer.