El realizador polaco Jan Komasa se acredita con este filme como autor más allá del academicismo que caracteriza el cine del Este
19 oct 2020 . Actualizado a las 09:00 h.Se repara poco en la importancia de un reparto. En la muy notable que colocó a Polonia en la terna final del Óscar de habla no inglesa, uno de sus muchos aciertos es Bartosz Bielenia (1992), actor todavía de corta trayectoria, pero capaz de llenar la pantalla con su rostro anguloso de mirada turbadora. Es un convicto, fascinado por la religión y obsesionado con ordenarse sacerdote -cosa imposible por sus antecedentes penales- que deja la prisión para reinsertarse en un aserradero, pero opta por encaminarse a la iglesia del pequeño pueblo y casi por accidente acaba sustituyendo al cura titular después de mentir sobre su condición de clérigo.
Tomado de un caso real, el espectador intuye que más pronto que tarde, el fraude será destapado. Pero al mismo tiempo, su irrupción comienza a provocar reacciones en una comunidad que, por lo visto, es como la media de la Polonia actual: muy religiosa y respetuosa con los ritos, pero al mismo tiempo una Iglesia anquilosada y esclerótica, que el guion se encarga de relucir.
Lo hace sin aspavientos, sin trazos gruesos, introduciendo una subtrama que transcurre paralela a la del protagonista, que pronto descubrirá un suceso traumático, detonante para mostrar actitudes hipócritas y ambiguas vinculadas a la fe, el perdón, la compasión y otras aristas. Komasa se acredita como autor más allá del academicismo que caracteriza al cine del Este, opta por desarrollar una trama al modo canónico aristotélico: planteamiento, nudo y desenlace, pero introduciendo matices que hacen fluir la trama mientras la enriquecen, sin olvidar una fotografía de tonos apagados para reforzar la atmósfera de mundo cerrado, así como su singular manejo del plano. Aparte de relucir lo que tienen de mecánicas determinadas actitudes de la colectividad católica -la rutina entre ellas, los fieles asisten a la misa dominical en modo autómata-, la irrupción del falso cura, pero buen pastor, les aportará la terapia necesaria que quizá les convierta en mejores vecinos, mientras vivirá su propio vía crucis, resuelto de manera impactante en la secuencia final.
«CORPUS CHRISTI»
Polonia-Francia, 2019.
Director: Jan Komasa.
Intérpretes: Bartosz Bielenia, Eliza Rycembel, Aleksandra Konieczna, Tomasz Zietek, Leszek Lichota, Lukasz Simlat, Barbara Kurzaj.
Drama.
116 minutos.