-Seguro que de pequeño ya era el que le contaba historias a sus amigos.
-Sí, sí que lo era. Incluso en los festivales del colegio. Siempre me ha gustado, me apasiona. Como abogado, también contaba historias, aunque se las contaba a un juez. Y a veces le contaba unas milongas alucinantes. Sin buscarlo he encontrado algo que se me da bien y en la que soy muy feliz.
-¿Qué quería ser de mayor?
-No lo sabía, porque era demasiado soñador. Yo empecé a leer muy pronto. Recuerdo leer con 8 años Rebelión en la granja, de Orwell. Y, cuando teníamos 12, 13, 14 años, mis amigos jugaban al fútbol y perseguían a las chicas mientras yo leía. No me planteé qué quería ser hasta bastante mayor. Quería contar historias y lo más cercano que encontré fue el mundo del Derecho.
-¿Con quién le gustaría cenar antes, con Paul Auster o con Stephen King?
-Sin duda con Stephen King. Yo no soy mitómano pero es una de las pocas personas a las que me gustaría conocer personalmente. Stephen ha sido capaz de contar historias que le gustan al gran público con una calidad técnica y narrativa espectacular. Hubo una temporada en la que estábamos muy pegados, él y yo, en la lista de ventas en Estados Unidos. Yo fantaseaba con que Stephen King se levantara, mirara esa lista en el periódico y se preguntara quién era yo intentando pronunciar «Loureiro», ja, ja.
-Hay críticos que hablan de literatura de aeropuerto. ¿Le molesta que le asocien a ese concepto??
-En absoluto. Me lo tomo con orgullo. Si lo que significa es literatura de evasión, es lo que yo hago; lo que pretendo es que la gente con mis libros se lo pase bien y se evada. Que cuando acabe el libro diga: «Vaya, ojalá hubiera tenido cincuenta páginas más».
-¿Celta o Dépor?
-El otro día escuché un comentario mordaz que decía que no está bien comparar un equipo profesional con otro que no lo es.
-Ahí va a perder lectores.
-Bueno, yo no soy futbolero, pero si tuviera que quedarme con un color sería el granate del Pontevedra.
-Defínase en cuatro palabras.
-Anárquico, creativo, pasional y curioso.
-¿Qué tal cocina?
-Muy bien, soy un gran cocinillas. En mi casa, el fin de semana, cocinábamos todos.
-¿Qué más le gusta hacer cuando tiene tiempo?
-Dicen que los escritores somos seres sedentarios, plantas de interior. Yo soy atípico, siempre estoy buscando formas nuevas de partirme la crisma. Salir fuera me desintoxica mucho. Me encanta la montaña, el mar, el surf, paddle surf, me encanta la nieve. Me gusta que me dé el aire. Y, aunque suene a tópico, me gusta leer. La literatura es lo que mejor nos permite entender la naturaleza humana.
-¿Qué le produce repugnancia?
-El abuso del débil.
-Una canción.
-Norwegian wood de The Beatles.
-¿Qué es lo más importante en la vida?
-Ser feliz y hacer feliz a los demás. El karma existe, tienes que dar buen karma para recibir buen karma.