Every, el pirata que cambió el mundo después de un motín en A Coruña

Daniel Roldán, H. J. P. COLPISA / LA VOZ

CULTURA

El pirata Every, recreado en un grabado de 1725
El pirata Every, recreado en un grabado de 1725

Violador y esclavista, este personaje provocó un cambio radical en las relaciones comerciales

14 sep 2020 . Actualizado a las 17:22 h.

Ni se llamaba Henry ni se apellidaba Every. Puede que fuera Avery y que en su partida de nacimiento figurara John como su nombre verdadero. O puede que de verdad se llamara Henry Every. Nunca se sabrá a ciencia cierta. Porque la nebulosa que rodea a este pirata comienza desde su llegada a este mundo. Devon, en el sudeste de Inglaterra, es el lugar de su nacimiento en torno a 1659. Es el año y el lugar en que los expertos coinciden. Cuarenta años más tarde desapareció sin dejar rastro para fomentar su leyenda y los mitos alrededor de su figura, como que se había retirado cubierto de oro y joyas acompañado de una princesa india que le habían regalado sus compinches.

Every se convirtió en un «líder de la clase obrera» de la época, como señala Steven Johnson (Washington, 1968), gracias a las canciones y después a los panfletos, biografías y hasta obras de teatro. Pero en realidad, Every fue un «asesino, un violador, un secuestrador y un esclavista»; leal solo a los suyos, le importaban un comino lo que ahora conocemos como derechos humanos.

Pero una acción suya, como señala Johnson en Un pirata contra el capital (Turner), cambió la geopolítica internacional en el siglo XVII tal vez para siempre. El divulgador estadounidense recorre la vida de Every, que se alistó siendo un niño en la Marina Real británica. Participó como guardiamarina a bordo del buque HMS Rupert en la Guerra de los Nueve Años (1688-1697), que enfrentó a Inglaterra con varios clanes irlandeses apoyados por España.Después, el pirata más famoso del siglo XVII abandona la Armada británica en 1690 durante unos años para dedicarse al lucrativo negocio del tráfico de seres humanos entre África y Bahamas. Regresa para servir a su majestad, aunque dura poco la vuelta. Se amotina con la tripulación, roban el Charles II (en un capítulo gallego) y se marchan al océano Índico con la decidida intención de enriquecerse personalmente.

Convertido en pirata y a bordo del rebautizado Fancy, espera su oportunidad en el mar Arábigo. Como señala Johnson, era una de las principales rutas comerciales que había en el mundo, conectando La Meca con el Imperio mogol, un Estado islámico que entre los siglos XVI y XIX se extendió por los actuales Pakistán, India, Bangladés y llegó hasta Irán.

Every se alía con otros piratas. Son unos quinientos hombres. Se lo toma con calma. Tarda un año en planificar el golpe. El objetivo es el Ganj-i-Sawai, el barco del emperador Aurangzeb, que viaja lleno de tesoros. Para su protección, contaba con 80 cañones, 400 soldados y otros 24 barcos.

El ataque se lanzó el 11 de septiembre de 1695. Every tiene la suerte de su lado. Primero, un cañón en mal estado explota y masacra a decenas de soldados mogoles. «La posibilidad de que un cañón explotara durante un disparo era muy pequeña», explica el autor. Después, un disparo pirata alcanzó la base del mástil. Lo destrozó. Tres horas después, el barco era capturado y comenzaba el saqueo y todas las vilezas. Hubo violaciones y torturas para saber dónde había más objetos de valor (seda y especias) además del oro o la plata.

Esta acción salvaje provocó la primera orden de caza y captura internacional y derivó en el primer gran juicio del siglo XVII, señala el autor del ensayo, que se lee como novela.

El fin del Imperio mogol

Tras el golpe, la sociedad de malhechores decayó. Muchos acabaron muertos; otros, en la ruina. Y Every desapareció, al igual que el Imperio mogol. Porque este hecho, como subraya Johnson, hizo que cambiaran las relaciones comerciales. Aurangzeb se vengó de los ingleses por su ineptitud y atacó Bombay. Los rifirrafes terminaron cuando fue compensado y los piratas declarados «enemigos de la humanidad». Pero tras su muerte (1707), el imperio se desmoronó en guerras civiles hasta que la Compañía de las Indias Orientales se hace con el control en 1757 y deja el territorio mogol en la mínima expresión.

Esta «decadencia» mogola se debió a que la acumulación de riquezas no sirve si no hay inversión. Algo que sí entendió la Compañía de las Indias Orientales, «la primera corporación multinacional del mundo en formato de sociedad anónima por acciones», que controló el subcontinente asiático y cambió las relaciones económicas de medio planeta. Es más, sostiene el autor, desencadenó el nacimiento del capitalismo. Incluso libró a este océano de los piratas, que se tuvieron que trasladar al Caribe.

Largo invierno de tabernas, conspiración y motín en A Coruña

El Charles II zarpó de Inglaterra rumbo a las Indias Occidentales, en un viaje que habían de favorecer los vientos alisios. Tras dos semanas de travesía, allá por el invierno de 1693, arribaron a A Coruña -The Groyne, para los británicos-, donde echaron el ancla con la intención de aprovisionarse de víveres y realizar algunos trámites pendientes. Esas gestiones -necesarias para que la llamada Spanish Expedition completase su misión- se alargan, los papeles no llegan de Madrid, y la estancia en aguas gallegas se prolonga durante cinco meses. El descontento crece entre la tripulación, inquieta por la demora. En las tabernas de la ciudad corre el alcohol y los ánimos, azuzados por la bebida, se acaloran y se tornan levantiscos. Confinados en un asfixiante espacio bajo la cubierta, en una habitación de apenas cien metros cuadrados, un centenar de hombres malviven, duermen y comen pésimamente, y se desesperan, oprimidos por una estancia sin ventilación ni luz natural cuya altura es dos palmos más baja que la altura de un adulto medio, recuerda Steven Johnson. En este fenomenal caldo de cultivo para los díscolos -con la amenaza de la disentería y la viruela, entre otros males- va creciendo como un hongo voraz la rebelión, auspiciada por el ambicioso y codicioso primer oficial Every. Los incentivos añadidos de la emancipación violenta son grandes para la imaginación del marino raso, del desheredado: la riqueza material, el ansia de navegar los mares, la seducción de las aventuras sexuales en Oriente y el atractivo de la vida corsaria... Avanza la primavera, que inflama las voluntades. El 7 de mayo de 1694 la conspiración estalla y Every y sus secuaces toman el mando. Erigido capitán, entregado el buque ya al afán pirático, parten hacia la gloria huyendo del fuego de artillería que se desata en A Coruña, alertadas las autoridades de la sublevación. Es el inicio de la empresa criminal.