Yzquierdo Perrín: «Esto no es un catálogo, no están todos los monumentos»
Es un estudio donde están los elementos más significativos. Esto no es un catálogo, no están todos los monumentos.», avisa Ramón Yzquierdo Perrín (Santiago, 1948). El tomo que firma arranca en la prehistoria de Galicia, «gran ausente en el estudio de la arquitectura». Sigue con el mundo castreño, de «una duración larguísima», y con «la gran importancia del legado de los romanos», con construcciones como la torre de Hércules, las murallas de Lugo, Montefurado o Bóveda. Explica Izquierdo que «el breve mundo paleocristiano» se debe a que «del románico a la edad media se construyó encima y por eso hay tan poca obra paleocristiana». Escasa es asimismo la arquitectura de los suevos, dentro del prerrománico, mientras la hispanovisigoda «está engrandecida al nivel de la península» con obras como Santa Comba de Bande. El hallazgo de la tumba del apóstol Santiago «da un giro copernicano y traslada el centro cultural de Galicia de Lugo a Santiago, que conecta con Europa». La «gran eclosión del románico» expande esta arquitectura por Galicia, lo mismo que las edificaciones promovidas por las órdenes mendicantes, de las que destaca las del Císter: «No se puede entender Galicia sin la presencia del cristianismo». El gótico, con la pionera catedral de Tui, cierra este primer tomo ya publicado.
José Ramón Soraluce: «La gente viaja a otros países y ve los monumentos mejor tratados»
En Galicia no ha habido una transformación tan profunda del pasado como en Europa», reflexiona José Ramón Soraluce Blond (Ceuta, 1946) sobre la evolución de la arquitectura gallega en la época moderna. Entre las razones están las dos guerras europeas del siglo pasado. Constata este catedrático el interés por la arquitectura y por las ciudades: «Hay un público al que le interesan y por eso incluimos el urbanismo, la evolución de las ciudades gallegas». Esto se debe en parte a que «la gente viaja a otros países y ven que los monumentos están mejor tratados que aquí». El trabajo de Soraluce, un tomo que se publicará próximamente, va desde la arquitectura del renacimiento hasta la de la Ciudad de la Cultura. Considera que «para tener una visión histórica necesitamos un cierto distanciamiento» si bien matiza que «el pasado no es el futuro, ni el presente. Vemos lo que se hizo y lo que se ha transformado». Destaca Soraluce que la interpretación de la arquitectura «la hace cada uno, es nueva en cada libro» y en ello influye que «el conocimiento del pasado se está renovando». Evoca cómo «el racionalismo supuso un giro radical en la historia de la arquitectura», una disciplina que ha pasado de «una manifestación artística a una realidad social en la cual los valores estéticos son diferentes».