Portugal homenajea a Amália Rodrigues en el centenario de su nacimiento

Begoña Íñiguez LISBOA / CORRESPONSAL

CULTURA

La cantante Amália Rodrigues
La cantante Amália Rodrigues

Las casas más queridas de la reina del fado, en Lisboa y en el Alentejo, son palco de un amplio programa de conciertos y actos

23 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Amalia da Piedade Rebordão Rodrigues, conocida universalmente como Amália Rodrigues, cumpliría este jueves cien años. Por dicho motivo, Portugal se ha volcado para homenajear y recordar a la gran dama del fado, quien consiguió situarlo en el Olimpo de la música y que el mundo entero reconociera a través de su voz inigualable y su garra, la calidad, originalidad y belleza de este estilo musical, que desde el 2011 es patrimonio de la humanidad.

La pandemia del coronavirus no ha impedido que a lo largo de las últimas semanas, y especialmente los últimos días, se celebren diferentes conciertos y actos para recordar su figura y su música, aunque sí ha obligado a modificarlos y adaptarlos a las normativas impuestas por la Dirección General de Salud lusa. Por dicho motivo se ha decidido que su hogar de Lisboa, en la Rua de São Bento, que hoy alberga, en la parte de abajo, la fundación que lleva su nombre, y su refugio del Alentejo, junto al mar, en Brejão, Odemira, sean los lugares escogidos para celebrar estos conciertos, sin apenas público, retransmitidos a través de las redes sociales y de la Radio Televisión Pública Portuguesa (RTP). Ambas residencias están abiertas al público, conservan su esencia y ayudan a conocerla más.

«El centenario del nacimiento de Amalia ha servido para ponerla en el lugar que se merece, no solo artísticamente, sino personalmente e ideológicamente», afirma el poeta y político Manuel Alegre, un histórico del Partido Socialista Portugués, quien estos días, además de recitar alguna de las canciones que escribió para ella, ha querido dar por zanjadas las acusaciones de connivencia con el régimen del dictador Salazar, vividas por la fadista tras la revolución de los Claveles, de abril de 1974, que motivaron que hasta 1995 se la colocara de lado y no hiciera prácticamente ningún concierto en territorio luso. Los años han demostrado que la cantante no fue afín ideológicamente a Salazar, ayudó en secreto a la resistencia al régimen y al Partido Comunista Portugués de Álvaro Cunhal, cuando estaba en la clandestinidad, como confirmó, en 1999, el Nobel de literatura José Saramago, quien fue durante muchos años miembro del PCP.

La casa museo de la cantante se conserva con recuerdos de su vida artística y personal
La casa museo de la cantante se conserva con recuerdos de su vida artística y personal begoña íñiguez

La casa de Lisboa

La casa de la Rua de São Bento está hoy tal y como la dejó Amália, cuando murió repentinamente de un ataque al corazón, en octubre de 1999. El acogedor salón vivido, lleno de cuadros de la artista, recuerdos de múltiples viajes, guitarras, era donde muchas noches acogía y reunía a tantos músicos e intelectuales de su época. Su vestidor y cuarto de costura, donde su modista le hacía los maravillosos trajes con los que actuó en los mejores teatros del mundo, su bisutería, su habitación, donde falleció, con los crucifijos e imágenes que muestran la gran fe que nunca la abandonó. Hasta los lugares más íntimos, como los cuartos de baño, con sus perfumes, y la cocina con un amplia ventana hacia el jardín, se pueden visitar por cualquiera que desee conocer a la mujer por detrás de la artista y saber un poco más de su vida.

Desde el pasado mes de abril han cantado semanalmente en el salón de la casa de Amália en Lisboa los más importantes fadistas del momento, que se consideran sus discípulos y no esconden su admiración por ella. Camané, Ana Moura, Kátia Guerreiro, Marco Rodrigues, Fábia Rebordão o Ricardo Ribeiro, por citar solo algunos de ellos, se han emocionado con su música, en su sala de estar, donde su espíritu sigue más presente que nunca. Esos conciertos que han podido ser vistos por todos los portugueses a través de la televisión pública lusa, tras cambiarse de formato, ya que inicialmente estaban previstos en grandes auditorios de todo el país con presencia de mucho público.

La playa que lleva el nombre de la cantante
La playa que lleva el nombre de la cantante begoña íñiguez

El refugio alentejano junto al mar

Si hay un lugar en el que Amália se sentía libre y podía desconectar de todo y de todos era su refugio de Brejão, a pocos kilómetros de Zambujeira do Mar, en la costa Alentejana, donde pasaba largas temporadas, falleció su segundo marido, el ingeniero luso-brasileño César Seabra Rangel, en 1997, y donde vivió las semanas previas a su muerte, el 6 de octubre de 1999. La ubicación de la casa es espectacular, con vistas al mar y a los imponentes acantilados de la Costa Vicentina, con un acceso privado a la playa que lleva su nombre, que tanto le gustaba.

Esta noche la ministra de Cultura, Graça Fonseca, presidirá en el espectacular jardín de la villa el concierto de homenaje, en el que actuarán, entre otros, Kátia Guerreiro, Ana Moura, Marco Rodrigues y Fábia Rebordão. Los actos han sido organizado por el Ayuntamiento de Odemira, al que pertenece la casa.

Los homenajes para conmemorar el centenario del nacimiento de Amália Rodrigues comenzarán esta mañana con una misa en su memoria, en la Iglesia de São Vicente de Fora de Lisboa. Poco después, la ministra de Cultura presidirá en Panteón Nacional, donde se encuentran depositados sus restos, el lanzamiento de una serie de sellos conmemorativa del centenario de Correos de Portugal. También este viernes la discográfica Valentim de Carvalho pone a la venta cinco cedés recopilatorios que incluyen grabaciones inéditas de la fadista en París, dentro del proyecto de la obra completa de Amália Rodrigues (1920-1999), coordinado por Frederico Santiago.