Francisco Rodríguez Adrados: Maestro de filólogos y valedor de lenguas clásicas

roberto jiménez VALLADOLID / EFE

CULTURA

El académico Rodríguez Adrados
El académico Rodríguez Adrados Esteban Cobo | efe

Fallece a los 98 años el académico e intelectual tras una larga y fecunda vida cultural

21 jul 2020 . Actualizado a las 17:46 h.

Maestro de filólogos, creador de una escuela de helenistas y firme valedor de las humanidades desde el estudio de las lenguas clásicas, Francisco Rodríguez Adrados despidió este lunes a los 98 años una larga, intensa y fecunda vida intelectual que abarca desde la posguerra hasta la globalización.

Fue posiblemente el último eslabón de la fructífera generación de filólogos surgidos durante la España de posguerra que, junto a Emilio Alarcos, Manuel Alvar, Fernando Lázaro Carreter y Luis Michelena, contribuyó entre otros a purificar la atmósfera de una Universidad sometida entonces a depuraciones y chalaneos.

Nacido en Salamanca en 1922, Rodríguez Adrados se formó en su Universidad como siglos antes lo hiciera Antonio de Nebrija, autor de la primera Gramática de la Lengua Española y como él lingüista, docente, traductor y precursor en su caso de la toma de conciencia sobre la trascendencia de las lenguas clásicas. En 1991 ocupó el sillón d en la Real Academia Española. Rodríguez Adrados descubrió en el laboratorio de su erudición y tenacidad investigadoras, la veta griega de la lengua española, de la que trazó el mapa de su genoma en textos de relevancia como Estudios sobre el léxico de las fábulas esópicas (1948), en sus inicios, u Orígenes de la lírica griega (1976).

Muchos de sus libros son consecuencia de estudios, trabajos e investigaciones sobre la semántica, sintaxis y semiología griega e indoeuropea, pero también de su cultura, literatura y teatro para documentar la herencia del español por parte de ambas lenguas. El gran proyecto de su vida fue el Diccionario de Griego Clásico y Medieval, donde desembocaron todos sus trabajos en un inabarcable y magnífico proyecto auspiciado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).