La Voz ofrece este domingo «Fraude al descubierto», de Mary Higgins Clark

M. L. / L. R. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

La reina del suspense, Mary Higgins Clark
La reina del suspense, Mary Higgins Clark Michael Sofronski | Europa Press

La reina del suspense novela el escándalo financiero en una de sus últimas novelas

11 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Si eres un escritor profesional no basta con el talento y el deseo. Te mueve la compulsión de escribir. No te abandona nunca. Hoy sigue en mí. Cada mes de abril publico un libro. Cuando se aproxima la entrega aún me puedo levantar a las tres de la mañana para corregir», explicaba en un entrevista la novelista Mary Higgins Clark (Nueva York, 1927) no mucho antes de su fallecimiento, acaecido el paso 31 de enero.

En sus años inaugurales en el oficio se despertaba a las cinco de la mañana para escribir incluso sobre la tabla de planchar antes del desayuno familiar. Con el triunfo, con el paso de los años, supo disfrutar del tiempo que pasaba con sus nietos y bisnietos.

Fue con ese tesón, esa profesionalidad y esa vocación como se mantuvo durante cinco decenios respetuosa con su cita con el lector. Cada abril publicaba un nuevo título y se afianzaba en ese atribuido y deseado trono de reina del suspense que prácticamente conservó hasta su muerte en Naples (Florida) a los 92 años. Y es que con sus más de cien millones de libros vendidos solo en Estados Unidos (en España alcanzó los 50.000 ejemplares por título), era la verdadera soberana en su territorio.

«El suspense no es un género menor. Tiene mucho futuro porque está en nuestro mismo origen. En el Génesis, con Adán y Eva. Ella le fuerza a cometer un crimen, tienen dos hijos y uno mata al otro. El suspense empieza ahí y nos sobrevivirá a todos», decía jocosa esta doctora en filosofía que agradecía a la lógica y la psicología haberle aportado un punto de vista global. «Se reveló vital para escribir de misterio, un campo que te obliga a hablar sobre la mente del criminal y las reacciones humanas» precisaba Higgins Clark, que presidió el encuentro Mystery Writers of America en 1978 y el International Crime Congress al año siguiente en Nueva York.

Para explicar la clave de su éxito, evocaba un consejo del Nobel de Literatura Isaac Bashevis Singer. «Lo sustancial -decía- es el enigma. Pero el truco radica en contar una buena historia. Todo buen escritor ha de saber hacerlo. La elegancia y la retórica se derrumban si no hay una buena historia».

Autora de casi 60 libros de intriga que sus lectores devoran en trenes, aviones y aeropuertos, de biografías, memorias y libros infantiles, no todo fue un camino de rosas. Telefonista de hotel, mecanógrafa, azafata, secretaria, periodista, publicista, guionista y locutora, vio rechazada hasta cuarenta veces su primera colección de cuentos. «Sus historias son ligeras, sencillas y muy superficiales, me dijeron. Aún guardo la carta», se carcajeaba muchos años después. Probó a novelar la vida de George Washington y tampoco funcionó, aunque aquel libro fuera luego un best seller.

Hija de modestos emigrantes irlandeses del Bronx, Mary Theresa Eleanor Higgins Clark se hizo a sí misma trabajando duro desde los 15 años y acabó por disfrutar de mansiones en los rincones más selectos de Manhattan, Nueva Jersey, Spring Lake y Cape Cod, la mayor concentración de multimillonarios del país. Desde su humilde origen, construyó una sólida industria cuyo mejor activo era su talento y con mareantes cuentas de resultados.

La Voz ofrece este domingo por 5,95 euros uno de sus últimos títulos, Fraude al descubierto, que confirma el fino olfato para la intriga de Mary Higgins Clark, que conservó hasta el final su fórmula de éxito.