Lara Prescott: «Pasternak demuestra que el anhelo de libertad es una fuerza indestructible»

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Novela cómo la CIA utilizó «El doctor Zhivago» para socavar a la URSS y las consecuencias que tuvo para su autor

22 jun 2020 . Actualizado a las 09:07 h.

Los secretos que guardamos (Seix Barral) se ha convertido en un bestseller en Estados Unidos y ya se ha traducido a una treintena de idiomas. Lara Prescott (Greensburg, 1981) narra cómo la CIA, gracias en parte al trabajo de dos mecanógrafas convertidas en espías, introdujo clandestinamente miles de ejemplares de El doctor Zhivago en la URSS, convirtiendo esta obra maestra en una poderosa arma de propaganda, y, en paralelo, las consecuencias que tuvo su publicación en para su autor, Boris Pasternak (1890-1960), y, sobre todo, para su musa y amante, Olga.

Prescott asegura que siempre ha tenido una fuerte conexión con esta novela. «¡Desde que nací!», exclama, porque sus padres le pusieron el nombre de la heroína. «A mi madre le había encantado la magistral adaptación cinematográfica de David Lean, y, cuando era niña, oía una y otra vez el tema de Lara en su joyero musical», añade. «A mí también me encantó, pero no fue hasta que leí la novela cuando sentí una conexión tan fuerte, era como si el viejo maestro se acercara a mí a través del tiempo y el espacio», explica. «Además, he trabajado en campañas políticas en Washington y siempre me ha fascinado cómo se usa la propaganda para cambiar los corazones y las mentes de las personas».

- ¿Qué supuso «Doctor Zhivago» en el contexto de la guerra fría?

-Durante la guerra fría, los gobiernos orientales y occidentales creían que la literatura podía ser un arma para cambiar los corazones y las mentes de las personas. El doctor Zhivago era uno de esos libros. La trama de la novela gira en torno a una historia de amor entre Lara y Yuri, pero sus representaciones de la Revolución de Octubre y la Guerra Civil rusa, así como su énfasis en la importancia de la libertad individual, dieron como resultado que fuera prohibida por el Estado. El objetivo de la misión de la CIA de introducir El doctor Zhivago detrás del Telón de Acero era que los soviéticos leyeran la obra prohibida de uno de sus escritores vivos más famosos y comenzaran a preguntarse por qué el Estado se lo ocultaba. Esto conduciría a que se cuestionaran qué otras libertades se les negaban. Creo que la CIA tuvo éxito, porque sembró las semillas de la disidencia futura.

-¿Por qué las autoridades consideraron tan peligrosa esta obra?

-Pasternak valoraba el individualismo sobre el colectivismo, la libertad sobre la ideología forzada y cuestionaba los peligros del pensamiento grupal. El doctor Zhivago contiene estos temas, por eso era muy peligrosa a los ojos del Estado soviético. Aunque para mí, la obra tiene más que ver con la vida y el amor que con la política.

-¿Cómo se publicó la novela?

-Italia fue el primer país que la publicó. Aunque Pasternak sabía que ese gesto podía causarle la muerte, entregó su manuscrito secreto a Sergio D’Angelo, un periodista italiano que actuaba como agente literario del editor Feltrinelli, que le había pedido que buscara la próxima Lolita. D’Angelo entregó personalmente la novela a Feltrinelli en Berlín occidental. Una vez que los soviéticos descubrieron que los italianos la tenían, los presionaron para que la devolvieran inmediatamente. Pero Feltrinelli se mantuvo firme, y pronto El doctor Zhivago se convirtió en un éxito de ventas internacional. Después la CIA obtuvo el manuscrito ruso, lo imprimió clandestinamente en Europa y lo introdujo en la URSS.

-¿Qué consecuencias tuvo para Pasternak?

-Se decía que Stalin era fanático de su poesía, y eso lo había librado de sus purgas. Pero, cuando se publicó la novela, sufrió grandes consecuencias a manos del Estado soviético: estuvo bajo vigilancia constante, fue vilipendiado en la prensa, expulsado del sindicato de escritores y presionado para que rechazara el Premio Nobel. Su salud se deterioró rápidamente como consecuencia de esos ataques.

-¿Quién era Olga y qué papel jugó en la vida de Pasternak?

-Cuando descubrí la autobiografía de la amante y musa de Pasternak, Olga Ivinskaya, me impresionaron el coraje y la lealtad exhibidos para proteger a Pasternak y ayudar a llevar su obra maestra al mundo. Ella fue a la vez una inspiración para su ficción y la persona encargada de representar su trabajo para editores estatales. Era su voz, su protectora, su caja de resonancia y su amante. Olga fue enviada al Gulag dos veces por su relación con Pasternak.

-¿Por qué «El doctor Zhivago» sigue siendo tan popular 60 años después de la muerte de su autor?

-Cada vez que la leo descubro algo diferente. Cuando era joven estaba más interesada en la historia de amor. Más tarde, me llamó la atención el brillo y la belleza de la prosa de Pasternak. En mis lecturas más recientes, fueron las formas en que Pasternak transmite la importancia del pensamiento libre. A través de la vida de Yuri Zhivago, demuestra que el anhelo de libertad sigue siendo una fuerza indestructible, a pesar de los sistemas políticos que buscan reprimirlo. Al leer el libro hoy, se siente tan pertinente como cuando se publicó por primera vez en 1957. Por eso seguirá siendo un clásico.

«‘El doctor Zhivago’ fue una potentísima arma de papel»

«Suscribo esta máxima: ‘Lee cien libros, escribe uno’», asegura la autora para explicar cómo se documentó. «Leí libro tras libro sobre la guerra fría, la propaganda, la historia de la CIA, la historia rusa, Pasternak, y mucho más», explica. Además, viajó a Rusia y se entrevistó con expertos.

-¿Pasternak se sintió manipulado por la CIA?

-No se sabe, pero nunca fue su intención que su libro fuera utilizado como arma política, y por ello, podemos suponer que no apoyaba la misión de la CIA.

-¿Que es ficción y qué realidad en la novela?

-En el hilo occidental la mayoría de los personajes son ficticios. Pero salpicado todo con detalles históricamente precisos, incluidos algunos nombres reales, así como citas directas y descripciones pertenecientes a la misión Zhivago. En el 2014 la CIA desclasificó 99 notas relativas a su misión secreta Zhivago. Era la evidencia de que El doctor Zhivago fue una potentísima arma política de papel. Ver esos documentos con sus tachaduras fue lo que me inspiró para querer llenar los espacios en blanco con ficción. El hilo oriental contiene muchas descripciones y citas directas, incluidos extractos de conversaciones.

-Las mecanógrafas de la CIA convertidas en espías no son reales. ¿En quién se inspiró?

-En las primeras espías femeninas, que comenzaron en la OSE, precursora de la CIA durante la II Guerra Mundial. Después de la guerra, algunas pasaron a la CIA, como Sally en la novela. Hoy podemos tener una mujer como jefe de la CIA, pero, en aquel entonces, la mayoría las mujeres, incluso las que habían servido a su país con tanto valor, fueron relegadas a puestos de secretaria u oficinista.