Prematuro adiós a un seductor dragón literario

Miguel Lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

DAVID RAMOS / PLANETA

El escritor vendió casi 30 millones de ejemplares de «La sombra del viento»

20 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«La literatura es una amante cruel, pero conmigo ha sido bondadosa». Lo agradecía Carlos Ruiz Zafón, el escritor español más leído en las últimas décadas, un seductor dragón de las letras fallecido ayer con 55 años en su casa de Los Ángeles. Con mucha carrera por delante, un cáncer diagnosticado en 2018 segó la vida del narrador barcelonés, el autor de La sombra del viento, primera novela de una fabulosa tetralogía de aromas góticos a la que dedicó quince años y que vendió casi 30 millones de ejemplares.

Nacido el 25 de septiembre de 1964 (el año del Dragón) en Barcelona (la ciudad de los dragones que glosó en su obra), Ruiz Zafón coleccionaba las míticas criaturas que sedujeron a su admirado Antoni Gaudí. Atesoraba más de 400 de estos saurios de leyenda y los lucía siempre en anillos y pines. Estudió con los jesuitas, no acabó Ciencias de la Información y fue un brillante creativo publicitario hasta que en los noventa decidió irse a EE.UU. y dedicarse a la literatura. Tocaba el piano, sintetizadores, ordenadores y «todo lo que se pueda teclear y haga ruido», repetía el escritor, a quien interesaban la música, la arquitectura, el cómic, la historia y el cine. Un cinéfilo, por cierto, que se negó a que sus libros se llevaran a la pantalla.

Inició su andadura literaria con El príncipe de la niebla, novela juvenil que ganó el premio Edebé en 1993, y a la que siguieron El palacio de la medianoche y Las luces de septiembre, reunidas en La trilogía de la niebla. Junto a Marina, estas novelas le darían lectores, algún dinero y ningún nombre en el competitivo mundo de las letras.

El primer huracán zafoniano se desató en 2001. Llevaba dos lustros batallando con las musas en busca de un éxito que le asaltó con nocturnidad y cierta alevosía, al perder un premio con una novela ganadora. Todo cambió en una velada sevillana, cuando el llorado Terenci Moix, jurado del premio Fernando Lara 2001 de novela, que ganó Ángeles Caso, imploró a los editores de Planeta que prestara la atención que merecía el novelón que se quedó en la cuneta de los finalistas, remitido desde Los Ángeles por un expublicista.

Publicada con más pena que gloria, La sombra del viento fue un lento e imparable fenómeno gracias al boca oreja, que lo catapultó a la cima de la ventas. Señalada como una de las mejores cien novelas de los últimos 30 años, convirtió a Ruiz Zafón en un infalible dragón de la ficción. Ha vendido casi 15 millones de copias y suma más de cien de reimpresiones.

Clásico contemporáneo Gracias a ella reinó Ruiz Zafón en el Olimpo del bestseller hispano, a salvo de codazos de nuevos y amenazantes talentos y con permiso de Javier Sierra y Arturo Pérez-Reverte. Repitió fórmula y éxito en 2008 con El juego del ángel, traducida, como la primera, a casi cincuenta lenguas, con millones de lectores en los cinco continentes y un puñado de premios. Con El prisionero del cielo (2011) el efecto no fue tan poderoso y las ventas fueron menos apabullantes. Tampoco lo logró con El laberinto de los espíritus (2016), el cierre del portentoso cuarteto de «los libros olvidados», tenido por un clásico contemporáneo.

Se negó siempre a que viéramos en imágenes las cuatro novelas de la saga. «Es innecesario y sería un traición», decía. «Monetarizarlas es muy lícito, pero para mí carece de interés convertirlas en película, serie o videojuego», agregaba. Se resistió a la insistencia de la industria audiovisual, que lo tentó con todo tipo de ofertas sin que diera su brazo a torcer.

 Libros con alma

«Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él», puso Zafón en boca de uno de sus personajes, el señor Sempere, cuando llevó a su hijo Daniel a descubrir el poderoso secreto de El Cementerio de Los Libros Olvidados. Para sus editores es «un símbolo universal de la defensa de la lectura, de la pervivencia de la memoria a través de los libros y del refugio de aquellos que creen en ellos».

Las novelas de este «Dickens de Barcelona», que homenajeó en la tercera entrega de su saga a Alejandro Dumas y Víctor Hugo, han sido elogiadas por Stephen King y han rendido a la crítica y los lectores más diversos. El New York Times, por ejemplo, presentó como la mezcla de García Márquez, Umberto Eco y Jorge Luis Borges al «Messi» de la escuadra literaria de Planeta.