«El gobierno español debería anunciar ya la cancelación de los festivales»

A sus cincuenta y seis años el gestor y promotor de espectáculos más influyente de Portugal, Álvaro Covões Villaverde, vive con preocupacion la cancelación hasta el 30 de septiembre de todos los festivales musicales del país, incluido su buque insignia, Nos Alive, que hasta febrero había vendido 20.000 entradas a extranjeros. Covões, hijo de portugués y española, con 35 años de experiencia en la organización de eventos musicales y director general de Everything is New, afirma que las consecuencias del covid-19 son «una tragedia económica y social sin precedentes, la peor desde la II Guerra Mundial». Excelente conocedor del panorama musical español opina: «Aunque sea una desgracia para todos, la cancelación, ha sido lo más sensato por parte del gobierno de António Costa y así debería hacer el gobierno español». Y culmina: «Los promotores y artistas españoles no aguantan más la incertidumbre sobre los festivales».

-¿Cómo encara la cancelación de los festivales musicales lusos hasta el 30 de septiembre?

-Con mucha preocupación. Ya lo esperaba porque hace unos días varios promotores nos reunimos con el primer ministro, António Costa. Es una autentica desgracia para todos. Aunque no había alternativa, porque dadas las características de la pandemia no es posible garantizar la seguridad y protección necesaria a las 60.000 personas que llenan el paseo marítico de Algés para vibrar con las actuaciones de Nos Alive, y lo mismo ocurre con el resto de los festivales en Portugal.

-¿Habían vendido muchas entradas? ¿Cómo van a hacer ahora?

-La cancelación ha sido aprobada en Consejo de Ministros y en unas semanas lo será en el Parlamento, no creo que haya sorpresas. Esperaremos a que se apruebe en la Asamblea de la República para retrasar la edición de este año, que sería la 14, hasta 2021 o refomularla de nuevo, ya que será imposible mantener el mismo cartel. Hasta febrero habíamos vendido muchas entradas para los tres días del festival, 20.000 a extranjeros. Les daremos la oportunidad de mantener su entrada hasta la edición de 2021. En caso negativo, les devolveremos el dinero en 2022.

-¿Qué impacto tendrá en la economía lusa la cancelación de los festivales?

-Terrible, una desgracia. Hemos hecho cálculos y los festivales de verano suponen en Portugal más de 1.000 millones de euros que se perderán y que influyen negativamente en el turismo. La cancelación de Nos Alive supondrá un saldo negativo de 60 millones de euros. Insisto esta pandemia es una tragedia económica y social para todos, sin precedentes en Portugal y en el resto del mundo, la peor desde la 2ª Guerra Mundial. En mi empresa Everything is New, trabajan más de 100 personas directamente y varios centenares son contratados para conciertos, eventos y Nos Alive, estamos hablando de más de 5.000 que del día a la noche están sin trabajo

-¿Cómo ve la situación española?

-Soy hijo de española. Sigo muy de cerca lo que ocurre al otro lado de la frontera. Es mucho más seguro vivir la pandemia aquí, porque está más controlada y tenemos menos casos. No entiendo cómo el gobierno español no ha anunciado todavía que va a hacer con los festivales de verano, a diferencia de lo que ha hecho el portugués y otros ejecutivos europeos. El gobierno español debería anunciar ya, como ha hecho el portugués, la cancelación de los festivales. Los promotores no aguantan con esta incertidumbre más tiempo y el sector turístico tampoco.

-¿Cómo encara el futuro en su sector en Portugal?

-Con pesimismo, aunque soy un luchador nato y la cuarta generación de promotores de espectáculos. Por eso miro hacia delante y programo nuevos espectáculos para este verano en Portugal, con artistas lusos, a partir del 1 de junio, cuando abran los teatros y salas, en lugares más pequeños y adaptados a las condiciones de distancia social y seguridad impuestas por las autoridades.

-¿Cree posible que las personas vayan a conciertos con esas imposiciones?

-Eso espero, porque hasta que no se encuentre una vacuna no nos queda otra y parece que va para largo. Lo mismo ocurre con el turismo. Tenemos que olvidarnos de los grandes viajes y apostar, como en los años 70 y 80, por hacerlo en coche y quedarnos en la Península Ibérica.

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