Juan Tallón confirma con su nueva novela, «Rewind», que da por «agotada» la vía de la autoficción

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El escritor ourensano Juan Tallón (Vilardevós, 1975) estrena su fichaje por el sello Anagrama con su novela «Rewind»
El escritor ourensano Juan Tallón (Vilardevós, 1975) estrena su fichaje por el sello Anagrama con su novela «Rewind» Santi M. Amil

El escritor ourensano buscaba un cambio en su obra y solo tenía clara la estructura, la forma de contar, esa multiperspectiva que halló con cinco narradores en primera persona

05 mar 2020 . Actualizado a las 14:54 h.

Ya había avisado en Salvaje oeste (Espasa, 2018), la novela en la que abordó la España de la corrupción y que diluía el marchamo tan personal que había caracterizado su obra: la autoficción, lo metaliterario. Ahora el escritor ourensano Juan Tallón (Vilardevós, 1975) ahonda en ese camino con Rewind (que inaugura su fichaje por el sello Anagrama), en la que aún se despega más de su realidad íntima e inmediata y que presenta esta tarde (20 horas) en Ourense, en la librería Tanco.

«Los libros son lo que hacen evolucionar a los autores -arguye-, y en este hay una vocación, un deseo de cambio. Aquello de la autoficción era una vía agotada, y se imponía el volantazo. No quería caer en hacer estilo de mi propio estilo. Empeñarse en hacer otro libro para perfeccionar el libro anterior es absurdo. Debía buscar el reto fuera de mi propia zona de seguridad. Y ojalá que mi nuevo libro sea otro libro que el lector no se podía haber esperado del autor», asegura casi como para reafirmarse en su postura y avanzar que sí, que el próximo libro «será completamente distinto».

Lo que no muda es su filosofía ante la recepción de su obra: «El lector no existe durante la escritura, sería deshonesto con el propio lector pensar en si lo que estoy escribiendo le va a gustar o no. Solo existen el libro, la escritura y tú. Y únicamente después puede resultar que haya un lector para ese libro», concede.

Tan ajeno es Rewind a su universo que, alega, «el modo en que nacen los libros a veces no tiene explicación, ni siquiera para el propio escritor». Aquí nació primero la estructura, después llegaron la historia, los personajes, el espacio y, por fin, el tiempo. Inicialmente solo tenía clara la forma de contar, esa multiperspectiva: «Serían cinco personajes que narrarían en primera persona un mismo hecho, aportando una gran subjetividad, y tendrían que hablar los cinco para que el relato quedase cerrado».

Empezó entonces a buscar la historia, con el viejo método, «tan prosaico, de prueba-error, ir a ciegas golpeándose con la pared». Y así dio con el que sería el gran motor: una explosión, aún absolutamente abstracta. Después se materializó la vivienda, cuando ni siquiera contemplaba el terrorismo yihadista, y cuando este surgió recurrió a ambientar la historia en Francia, «por razón de verosimilitud», ya que allí se han vivido episodios de esta naturaleza.

Pero muchas de las decisiones que toma un escritor tienen un componente aleatorio, explica. ¿Quizá lo dice por la elección de Lyon? «Yo nunca había estado en Lyon [ríe]. Solo cuando la escritura estaba en marcha pasé cuatro días en la ciudad. Imitaba un poco a Cunqueiro, que, ya escrito y publicado el libro, viajó a la Bretaña francesa para comprobar si había acertado o no en sus descripciones».

«Hay que sacar de donde no hay -clama Tallón-: escribir una novela no es como fabricar un coche, comporta un enorme trabajo doméstico». Aunque admite que la escritura no fue un proceso largo («todo fue encajando con diligencia»), el primer borrador pasó a la nevera por un tiempo para cobrar distancia antes de volver sobre él. «El proceso de reescritura y edición fue mucho más lento y laborioso».

No sin temor a parecer autocomplaciente, asume, está «satisfecho» con Rewind. Y es que, concluye, «el libro que intentaba escribir es ese».