«Cuando los inviernos eran inviernos. Historia de una estación», el gélido pero hermoso viaje de Bernd Brunner

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Detalle del cuadro «Los jugadores de golf en el hielo» (1625), obra del pintor holandés Hendrick Avercamp (1585-1634)
Detalle del cuadro «Los jugadores de golf en el hielo» (1625), obra del pintor holandés Hendrick Avercamp (1585-1634)

El ensayista berliés retrata la esencia de la estación más fría al trazar una auténtica biografía del invierno en la que muchos lectores se sentirán muellemente reflejados

07 mar 2020 . Actualizado a las 18:28 h.

Anagrama publicó recientemente el ensayo de Philipp Blom (Hamburgo, 1970) El motín de la naturaleza, que reflexiona sobre la trascendencia que la pequeña edad de hielo acaecida entre 1570 y 1700 -con un brutal descenso de las temperaturas, cuyos efectos aún se prolongaron en los inicios del siglo XVIII- había tenido en el surgimiento de la sociedad moderna.

Los fenómenos meteorológicos extremos que provocó -crudos inviernos, granizadas estivales y prolongadas sequías- trajeron la ruina de las cosechas, que derivaron en terribles hambrunas y estas a su vez alentaron importantes sublevaciones y no menores movimientos migratorios. Blom cree que de esta experiencia cabe extraerse aprendizajes que ayudarán a entender y afrontar lo que ocurre actualmente con el clima.

El calentamiento global preocupa también a su colega berlinés Bernd Brunner (1964), que en su libro Cuando los inviernos eran inviernos -que Acantilado ha traído al castellano- no olvida tampoco aquel episodio tardomedieval. El libro hace un amplio abordaje del asunto del frío [el título bien podría haber salido de boca de cualquier abuelo hoy en día recordando con nostalgia viejas estampas cotidianas de su infancia], en el que predomina la relación del ser humano con esta estación de tan marcado carácter, y que de un tiempo a esta parte parece en peligro de extinción.

La enriquecedora multiplicidad de los enfoques de Brunner retrata la esencia del invierno al trazar una auténtica biografía en la que muchos lectores se sentirán muellemente reflejados (alguno incluso echará mano de la manta), cómplicemente concitados en su recorrido por las literaturas de Goethe, Gógol, Thoreau, Brodsky, Zweig, Pepys, Thomas Mann, Italo Calvino y los cuadros y músicas de otros tantos creadores. En fin, un gélido pero hermoso viaje.