Jaime Salinas: «Cuando editar era una fiesta»

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

La correspondencia privada con su compañero sentimental informa este retrato del decisivo editor de la segunda mitad del siglo XX

23 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Viene a sumarse el sustancioso volumen Cuando editar era una fiesta. Correspondencia privada al libro también publicado por el sello Tusquets, en el 2003, Travesías. Memorias (1925-1955), que Jaime Salinas concluía con su llegada en taxi al edificio Industrias Gráficas Seix Barral Hermanos. En tal lugar iniciaría -tras afincarse en Barcelona- una de las más sólidas trayectorias de la industria editorial española, donde su figura y su labor son decisivas. Fue una aventura de origen casual, pues su concurso como ingeniero -de apenas 30 años- tenía como verdadero objeto una mera reorganización empresarial. Es de ese punto inaugural donde parte el libro que ha armado el crítico literario e historiador de la literatura Enric Bou (también amigo), que construye su relato básicamente a través del eficaz montaje de textos extraídos de la correspondencia privada de Salinas (Argelia, 1925-Islandia, 2011), hijo, por cierto, de Pedro Salinas, uno de los poetas mayores de la Generación del 27. El pilar fundamental sobre el que se levanta este ensayo biográfico son las muy abundantes cartas que el editor escribió a su compañero sentimental, el poeta y escritor islandés Gudbergur Bergsson -que tradujo a su lengua a, entre otros, Cervantes, Lorca, García Márquez y Borges-. Salinas modernizó la Seix Barral de Carlos Barral, hizo triunfar el libro de bolsillo en Alianza, internacionalizó la Alfaguara fundada por los hermanos Cela, fue director general del Libro con González y relanzó Aguilar. Y, según su propia afirmación, inventó a Carmen Balcells. Pero la fuerza de este relato vital procede en gran medida de que está elaborado con materiales de correspondencia privada, en los que Salinas habla con un registro de punzante franqueza. Así ofrece duros y jugosos retratos del «cacique Castellet», el «vanidoso Cela», «Carmen-Ballena Blanca-Balcells» y un largo etcétera. También, cuando toca, sabe ser tierno y generoso.

Cuando editar era una fiesta

Jaime Salinas

Edición de Enric Bou

Tusquets Editores

638 páginas. 23 euros