Muere Mary Higgins Clark, reina del «best seller» de suspense

Gracia Novás

CULTURA

Michael Sofronski

Fallecida a los 92 años, la popular novelista vendió solo en EE.UU. más de cien millones de ejemplares

01 feb 2020 . Actualizado a las 17:41 h.

Rara la casa familiar en que no había en el mueble del salón una novela de la autora estadounidense Mary Higgins Clark, asociada en muchos casos al catálogo del añorado Círculo de Lectores y a las abuelas y madres lectoras, que se identificaban fácilmente con sus mujeres protagonistas, heroínas siempre luchando contra las adversidades y el peligro. La escritora falleció el pasado viernes por causas naturales en la ciudad playera de Naples, en Florida, donde descansaba junto a su familia.

Su fórmula de éxito conjugaba la mujer en apuros y el suspense con ciertos toques de glamur y romance, sin evitar el humor y con unos perfiles masculinos que, no en pocas ocasiones, bordean el tópico del malvado. Ella dominaba los resortes, lo que la convirtió en la reina del best seller, hasta el punto de que solo en Estados Unidos ha vendido más de cien millones de ejemplares.

Nacida en el seno de una muy humilde familia católica irlandesa, desde pequeña quiso Mary Higgins escribir -mandaba sus textos a revistas-, aunque tardó lo suyo en convertirse en una profesional. Tras sus fracasos en el inicio -no empezó a publicar hasta alcanzar la cuarentena, poco después de haberse quedado viuda con cinco hijos a su cargo-, enseguida le llegó el triunfo y la popularidad al optar por la intriga -siguiendo la estela de figuras como Agatha Christie y Rex Stout- con su novela ¿Dónde están los niños? La casa Simon and Schuster enseguida vio su potencial, y asumió pagar sus libros a precio de oro, porque sabía que rentabilizaría sobradamente la inversión. Desde entonces fue su fiel editorial.

Algunas de sus historias fueron llevadas al cine, pero fue en la adaptación televisiva donde la obra de Mary Higgins Clark (Bronx, Nueva York, 1927) encajaba como un guante, y eso complementaba a la perfección el tirón de ventas de sus libros.

Su gran regla era atar al lector al relato, que no pudiese evitar pasar una página tras otra, sin abandonar el libro. «El cumplido más hermoso que uno puede hacerme -aseguraba- es decir: 'Leí tu maldito libro hasta las cuatro de la mañana, ahora estoy exhausto'». Le contagió el virus de las novelas de misterio a su hija Carol Higgins Clark (1956), con la que firmó conjuntamente varios títulos.

Mary Higgins Clark escribió más cincuenta obras que se convirtieron en best seller como Acuérdate de mí, No llores por un beso, Un extraño te espía y El último baile. Fue nombrada Gran Maestra por la Asociación de Escritores de Suspense de EE.UU. y en Francia -donde es adorada- recibió el Grand Prix de Literatura Policial en 1980 y la medalla de la Orden de las Artes y las Letras.