Sting en Castrelos, la quinta visita a Galicia de un músico imprescindible

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Sting, en su última visita a Galicia, en julio del 2015 en el Coliseo coruñés
Sting, en su última visita a Galicia, en julio del 2015 en el Coliseo coruñés PACO RODRÍGUEZ

23 ene 2020 . Actualizado a las 19:31 h.

Corría el verano de 1991 y Galicia abría sus brazos a las estrellas de pop internacionales. Tras la gloriosa (por la entidad de las figuras) y lamentable (por la coincidencia en fechas, jugando a ponerse la zancadilla) visita de Prince (en A Coruña) y Madonna (en Vigo) en 1990, el nuevo año miraba a Sting. El 6 de junio actuaba en el Coliseo de A Coruña, registrando un lleno total. Presentaba su disco The Soul Cages y acudía en formato cuarteto con músicos de altura -Dominic Miller (guitarra), David Sancious (teclados), Vinnie Colaiuta (batería)-. Ofreció un concierto irreprochable, repasando el nuevo álbum y los clásicos de The Police. El material nuevo resulta de tal calidad que podía mirar cara a cara a los clásicos. Todo hasta que Roxanne puso todo patas arriba.

Dos años después volvería el músico británico por partida doble. En otra de esas gestiones políticas incomprensibles, el artista tocó primero en A Coruña y luego en Santiago con apenas unos 20 días de diferencia, bajo el paraguas del Xacobeo 1993. En lugar de aprovechar recursos y apuntar a dos artistas se optó por contratar al mismo. En primer lugar, dentro del Concierto de los Mil Años de Riazor, en donde Sting actuó dentro de un cartel en el que figuraban nombres tan grandes como los de Bob Dylan, Neil Young, The Kinks o Chuck Berry. Allí, en el estadio, no logró conectar tan bien como dos años antes. Su concierto resultó algo frío y tuvo un cierre incomprensible con un Bring On The Night que no llegó a prender la mecha. Funcionó mejor, según las crónicas, en Santiago reuniendo a 10.000 personas en el estadio de San Lázaro que disfrutaron de su actuación.

La última vez que el aguijón visitó Galicia fue en el 2015, de nuevo en el Coliseo de A Coruña y con la misma banda de 1991. En modo grandes éxitos total -acababa de editar 57th & 9th, pero ni de lejos ocupaba el protagonismo que otrora tuvo The Soul Cages-, se plantó como lo que es: una leyenda de la música popular con mucho más pasado que presente, pero con un repertorio a prueba de bombas. Y por ahí se paseó, volviendo a tocar la fibra de un público que parece que jamás se cansará de escuchar canciones como So Lonely, Walking On The Moon o Every Breath You Take. Lo mismo que ocurrirá en Vigo, en su quinta vez.