Nach: «Escribo poesía de día y rap de noche, son momentos distintos»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO

CULTURA

XOAN A. SOLER

El músico y rapero acaba de publicar su segundo libro, «Silencios vivos»

18 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Nueve discos han convertido a Nach (Ignacio Fornés Olmo; Albacete, 1974) en todo un referente del rap en castellano. Pero su «amor por la palabra» también se traduce en poemas en los que se expresa de una manera más íntima. Silencios vivos es su segundo libro, del que estuvo este martes firmando ejemplares en Santiago. «Me haría ilusión que otros artistas cogieran mis poemas e hicieran canciones con ellos. Transformar mis poemas en rap, o rap en poemas, no lo veo», asegura.

—¿Cuánto hay de rap en su poesía y de poesía en su rap? ¿Hay diferencias entre el Nach rapero y el poeta?

—Todo tiene su momento, su estado mental y su pulsión diferente. Cuando estoy escribiendo rap me conecto con una parte del cerebro determinada, además me pongo los auriculares, la instrumental... Y, cuando me pongo a escribir poesía creo que se conectan otras partes de mí y aparecen otros estados míos. Hay veces que he empezado un poema y he dicho: «Pues esto sí que se podía convertir en un tema de rap». Pero, lo que ha aparecido en la poesía lo dejo en la poesía, y lo que surgió en el rap, lo dejo en el rap. También escribo poesía de día y rap de noche, supongo que es porque tienen lugares diferentes, momentos diferentes... Creo que no se mezclan tanto como la gente puede pensar. Creo que el Nach que escribe poesía está en un lugar y el que escribe rap está en el otro, aunque sea la misma persona, sienta lo mismo y las emociones sean las mismas.

—¿El rap lo llevó a la poesía o la pulsión literaria fue anterior?

—Lo primero que me llegó fue el amor por la palabra. Mi madre recitaba poesía, refranes, escenificaba teatro..., y a mí eso me llamaba mucho la atención. Recuerdo que tuve un buen profesor de literatura en el instituto que me hizo ver todas las imágenes o universos que había dentro de la poesía. Cuando uno es un adolescente y se vuelve rebelde, el rap es lo que me llamó la atención. Lo de escribir poesía vino después. El rap fue lo primero que me encontré en el camino, auténtico, fresco y algo muy de verdad; que solo con tu voz pudieras expresar cosas me llamó mucha la atención y por ahí tiré.

—«Dicen que los solitarios hablan con las cosas. Quizás solo los poetas solitarios luego lo escriben», recoge en sus versos. ¿Se siente poeta solitario?

—Hoy hay estigma, lo solitario como algo negativo. Yo me considero una persona que disfruta de los estados de soledad, donde la soledad me lleva al silencio, a encontrarme, a buscarme, a descubrirme y me lleva a sitios donde empiezo a crear y esa creatividad es la que me da la vida. Entonces, a veces lo busco. Ten en cuenta que vengo de una familia de ocho hermanos en donde no había momentos de soledad. Además, por circunstancias de mi vida, soy un artista y nunca he tenido un mentor, guías, nunca he podido seguir el camino del resto. No es una soledad donde yo estoy llorando, sino que es una soledad donde sé quién soy y la aprovecho para crear.

—¿Los sentimientos que expresa a través del rap y la poesía son muy diferentes?

—Sí. En el rap es como estar en el bar con tus amigos hablando, con música de fondo, una copa; y la poesía es como irme al baño, mirarme en el espejo y decir: «Qué pasa contigo!»

—«Prefiero ser alguien minúsculo diciendo las cosas que realmente importan». ¿Ahora cuesta más que cuando comenzó su carrera musical?

—En la industria musical hay menos miga y mucha más paja, hay mensajes más banales, como que se busca la fórmula, pocas veces se da un mensaje que sirva. Yo que vengo de la palabra, busco cosas que me parecen que valga la pena decir. Lo mainstream da un mensaje más superficial. Por eso, prefiero, a veces, ser minúsculo, no ser tan famoso, pero hablar un mensaje que para mí tenga peso.

—Más versos suyos. «Si vas a escribir debes ser un polizonte sin miedo a fracasar». ¿Hay temor?

—Sí, hay miedo al fracaso, a que no te entiendan, a que vayas a un concierto y que no venga gente...Hay muchos miedos que tienen que ver con la vida del artista y a veces la gente solo ve la parte del glamur y, en muchas ocasiones, nuestra profesión también genera mucho estrés e incertidumbre. No tener miedo a naufragar es no tener miedo a mirar partes de ti que sean más oscuras, que estén más desordenadas.

—Uno de sus poemas se titula «Deja de ser tan hombre». Lanza un mensaje en un momento en que algunos de sus compañeros han sido cuestionados por las letras machistas de sus temas.

—Es un alegato contra todo aquel que vaya con su coraza de «yo puedo con todo», «yo soy capaz», «soy muy macho»; contra esa perspectiva de ser un hombre tan equivocada, de no mostrar esa parte vulnerable, o de estar siempre rodeado de una belleza vacía para que la autoestima suba. Vengo a decir que la gente que es vulnerable es más verdad y, cuando veo a un hombre que viene con esa vulnerabilidad, prefiero acercarme a él porque estoy harto de la gente que viene con esa coraza. No tiene nada que ver con la gente que hace un determinado tipo de música o de contenido. He aprendido a no juzgar a nadie y, si hay determinado tipo de música que va por ese lado, yo no la escucho porque no me dice nada.

—Lleva mucho tiempo en la música, ahora su segundo libro, ¿cómo se ve en un futuro?

—No sé nada (ríe). Cuando tenía veinte años pensaba que a los treinta iba a estar retirado; a los treinta, que a los cuarenta iba a estar retirado... Ahora tengo un poco más de cuarenta y no tengo ni idea de lo que va a pasar con mi vida. Intento proyectar cada año y trabajarlo. De momento, me veo mejor que hace diez años.

—También hace «slam poetry». ¿Cada vez va ganando más peso la poesía?

—Sí, creo que cada vez la gente reconoce más la poesía, la lleva a su vida, sabe que le puede servir de algo, que le puede aportar cosas. Las redes sociales también han hecho su labor. Cuando pongo un verso en Twitter se comparte mucho más que si pongo cualquier otra cosa.. También hay una necesidad de que las palabras nos digan cosas y las identifiquemos, ahí está la fuerza de la poesía, que nos une, nos convierta, nos empatiza, nos conmueve y eso nos da vida. Eso me encanta de la poesía.

—¿Poesía para los que le conocen del rap o también ha ganado adeptos a sus versos que se acercan luego a su música?

—Hay mucha más gente que me ha conocido por la música y que se acerca a la poesía, obviamente. Pero también hay gente que me dice que nunca me había escuchado y que le gustó el libro. También hay gente que se acerca a los recitales. Es cierto que la mayoría de la gente me conoció por la música y me quiere seguir descubriendo en la poesía. Poquito a poquito hay más gente que me está empezando a reconocer exclusivamente a través de los libros y seguiré haciéndolo.

—De momento, no ha transformado ninguna de sus poesías en rap ni al contrario.

—De momento, no. Pero sí que tengo amigos, por ejemplo, Conchita, que cogió un poema e hizo una canción preciosa. Eso sí me haría ilusión, que otros artistas cogieran mis poemas e hicieran canciones con ellas. Yo transformar poemas en rap o rap en poemas no lo veo.