Pilar Eyre: «Sobre los años 40 y 50 se ha corrido una especie de velo»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

Pilar Eyre buceó en su propio pasado para construir esta novela
Pilar Eyre buceó en su propio pasado para construir esta novela PACO RODRÍGUEZ

En su nueva novela, «Un perfecto caballero», la escritora da voz a «una generación que parece que no hubiera existido»

16 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Barcelona y los años 40 y 50 son el contexto de Un perfecto caballero (Planeta), la nueva novela de Pilar Eyre (Barcelona, 1951), en la que, junto a nombres de ficción y personajes reales, introduce a miembros de su familia e incluso a ella misma. Una historia de amor, con un gran trasfondo político, entre un empresario textil y una obrera. «También es un libro de historia, pero de la historia pequeña, que no sale en los libros», dice esta narradora con raíces familiares gallegas.

-Asegura que es su novela más íntima y personal. ¿Qué ha supuesto de distinto?

-Ha sido muy diferente, porque para escribirla he tenido que bucear en mí misma, en mis sentimientos, en mis recuerdos, en mi pasado, en cosas que me relataron de niña, en cosas que viví directamente y luego otras que me las han contado tantas veces que ya no sé si las he vivido yo, otras personas o me las he inventado. Este trabajo de introspección ha sido doloroso porque he tratado temas íntimos y de mi familia, pero, al mismo tiempo, ha sido liberador, porque he dado voz a toda una generación de personas que parece que no hubieran existido, pues sobre los años 40 y 50 se ha corrido una especie de velo. Quería dar voz a las historias que había oído cuando era pequeña.

-¿Hasta qué punto pervive la Barcelona que describe?

-Pienso que es la misma. El otro día leía una crónica de sociedad de gente bien de Barcelona y los apellidos de todos, novios, parientes y testigos, eran los mismos de hace 70 años. Hay una élite de 50 o 100 apellidos que se repiten exactamente igual desde hace cien años. Esto pasa en Barcelona, en Vigo, en A Coruña, en Santiago, en Bilbao, en Madrid... Las élites, los que mandan, siguen siendo las mismas. No hay tanta diferencia entre los que cantaban el Cara el sol en la inauguración de la temporada del Liceo en 1939 a los que cantaban el otro día Els segadors. Probablemente, los apellidos son los mismos.

-¿En esas situaciones que recoge están las raíces de lo que sucede actualmente?

-Creo que sí. Lo que yo explico es el caldo de cultivo de lo que existe ahora. Aquella sociedad contradictoria de los años 40, llena de contrastes, de luces y de sombras; esas clases sociales tan distintas que chocaron... Ese conglomerado que era como una especie de bomba a punto de explotar es un poco el germen de lo que hoy es Barcelona y Cataluña.