Evocación del exilio español en Reino Unido

Iñigo Gurruchaga LONDRES / COLPISA

CULTURA

Chaves Nogales -en la foto, en el centro, posando con armamento incautado a los indígenas-, cuando realizó en 1934 para el diario «Ahora» un reportaje sobre la toma de Ifni
Chaves Nogales -en la foto, en el centro, posando con armamento incautado a los indígenas-, cuando realizó en 1934 para el diario «Ahora» un reportaje sobre la toma de Ifni ARCHIVO FAMILIAR DE PILAR CHAVES, ALMUZARA

El Instituto Cervantes conmemora en Londres en torno a la tumba del periodista y escritor andaluz Manuel Chaves Nogales a todos los exiliados

14 nov 2019 . Actualizado a las 20:04 h.

«Allá, allá lejos; donde habite el olvido», escribió Luis Cernuda, también exiliado en Londres. Y lejos, muy lejos de la calle Dueñas donde nació, yacen los restos de otro sevillano, Manuel Chaves Nogales. En torno a su tumba sin lápida ni señal, junto a un fragmento de hierba en la posición 19 de la parcela CR en el cementerio de North Sheen, en el sudoeste de Londres, familiares y representantes de las instituciones recordaron al autor de A sangre y fuego y a todos los exiliados.

El acto formaba parte de los eventos conmemorativos del exilio español -Cielos tan distintos a los suyos-, ochenta años después del fin de la Guerra Civil, que organiza el Instituto Cervantes de Londres. Un seminario académico sobre los españoles asilados en Reino Unido en los siglos XIX y XX o el encuentro en torno a la tumba de Chaves Nogales son parte del programa de esta semana.

El evento otoñal transcurrió «bajo una luz sevillana», según el embajador español en Londres, Carlos Bastarreche. El diplomático recordó en su alocución a liberales como Agustín de Argüelles y Antonio Alcalá Galiano. Conxa Rodríguez acaba de publicar Los exilios de Cabrera, sobre el tigre del Maestrazgo, jefe carlista que terminó sus días casado en Wentworth con una rica mujer inglesa. Pío Baroja imaginó el exilio español en Londres en La ciudad de la niebla, a donde habían llegado sus protagonistas, Enrique Aracil y su hija, María, tras acoger en su casa de Madrid a un anarquista que intentó matar al rey.

Lúcida Cernuda pasó una decena de años en Londres y en Cambridge, antes de partir a México. Los principales protagonistas de la literatura española en el exilio londinense han sido en esta conmemoración Arturo Barea y Chaves Nogales. Barea, autor de La forja de un rebelde, murió en Inglaterra tras una prolija vida literaria. Su trilogía se publicó antes traducida al inglés que en español y trabajó muchos años para la BBC. Su archivo ha sido depositado en la Universidad de Oxford.

Chaves Nogales llegó a Londres procedente de París. Su familia había regresado a España. Su nieto Antony Jones, hijo de Pilar, la primogénita y única superviviente entre los cuatro hijos del periodista y escritor, recordó que su abuelo «nunca quiso ser protagonista», que en las fotografías de la época aparece «en los márgenes, observando». Al acto asistieron otros nietos españoles y una biznieta del torero Juan Belmonte, cuya biografía es considerada una de sus grandes obras.

Andrés Trapiello contribuyó a la recuperación de Chaves Nogales al destacarlo en su repaso de la literatura en la Guerra Civil, Las armas y las letras. Junto a su tumba dijo que «no es posible la paz sin el olvido». Ligó ese argumento con los versos de Cernuda sobre su deseo de reposo en el olvido; A sangre y fuego es, a su juicio, «una de las obras más lúcidas sobre la Guerra Civil». El director del Cervantes Theatre, Jorge de Juan, y la actriz Candela Gómez declamaron el prólogo a esa colección de relatos de la guerra basados en hechos verdaderos.