«La memoria de los vivos», la tercera novela de Phil Camino

M. L. MADRID / COLPISA

CULTURA

06 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Phil Camino (Madrid, 1972), editora, librera, agente literaria, traductora, periodista, ensayista y narradora, publica La memoria de los vivos, su tercera novela, en torno al ascenso y caída de una de las grandes fortunas norteamericanas. Inspirada en los potentados antepasados de Camino, con raíces en Santander, Irlanda y Francia, recrea tres generaciones de los Myagh-Trápaga a lo largo de un siglo. De origen irlandés los primeros y cántabro los segundos, emigrantes y emprendedores hechos a sí mismos, «acumularon desde la nada una fortuna colosal en el naciente México y en EE.UU.», cuenta Camino. Petróleo, comercio, haciendas, inversiones y bancos fueron los puntales de un imperio en el que el dinero y el poder se disolverían como un azucarillo bajo las balas y tras la revolución de Pancho Villa. Con base real, Camino ficciona el devenir de una estirpe que acumuló una inmensa fortuna. La recrea «desde su origen en 1830 a la traca final, en 1930, en un glamuroso baile que iría perdiendo fuelle hasta dejar un rastro de confetis mojados y sucios». Lo hace con una extensa galería de personajes «que representan esa belle époque que también llegó a México a pesar de que el país vivía abismado en las continuas luchas por su independencia y en una guerra civil». «Es una novela de pioneros», insiste Camino, que relata cómo entre guerras, crisis y revoluciones sus antepasados pasearon su poder y su dinero por el mundo. «La vida de los muertos está depositada en la memoria de los vivos», dejó escrito Cicerón en las Filípicas. Una frase que da título y es el motor de una narración armada sobre un ingente material memorialístico: cartas, fotos, facturas, diarios, documentos e historias familiares contadas de generación en generación en Tampico, México DF, Santander, Dublín, La Habana o París. Leyendas de una familia que «se podía permitir llevar a Caruso a cantar en sus fiestas y organizar corridas privadas con Marcial Lalanda en México». Tras la revolución todo se desmorona.