León Benavente se entregan a la insatisfacción y la soledad urbana

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN

CULTURA

León Benavente en una imagen de archivo
León Benavente en una imagen de archivo Marcos Canosa

En su tercer disco el grupo liderado por Abraham Boba afianza su sonido

05 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Continúan las claves sonoras de León Benavente casi intactas en su tercer trabajo. La mezcla de kraut-rock, pop oscuro de aroma ochentero y ecos de bandas españolas como Lagartija Nick o Surfin’ Bichos permanece ahí. También el spoken-word, los versos lapidarios y las dosis de euforia en la estructura maquinal. En esta nueva entrega confirman lo que ya se veía en 2 (2016): que, lejos de variar disco a disco, son un grupo con fórmula.

Pero dicha aleación continúa dando frutos notables. Esta vez con menos uñas y proyectando cierta sensación de musicar la soledad urbana. En ese sentido, una pieza brilla con luz especial: La canción del daño. «Comes algo rápido e intentas digerir toda esa información /Las vidas ajenas las vives como propias», canta el vigués Abraham Boba en ella, trazando un certero y emocionante retrato la insatisfacción más allá de los cuarenta. Diferente a la de los veinte pero, en el fondo, igual.

Escapadas nocturnas con resaca al margen (Ayer salí), solo el amor parece ser el antídoto. En Como la piedra que flota le canta junto a María Arnal. En Amo, con Eva Amaral, dejando frases como «amo tu lado más tierno / también el más hijo de puta» que quedarán grabadas en las gargantas de sus fans. Será cuando las canten en unos conciertos que, como ocurrió en los dos anteriores, lo redimensionarán todo.