La Biblioteca Nacional homenajea a uno de sus «padres», Valentín Cardedera

Alain Mateos MADRID / COLPISA

CULTURA

Detalle del retrato del artista Valentín Cardedera, que fue viajero fiel al espíritu del Romanticismo, en una obra realizada por Federico de Madrazo
Detalle del retrato del artista Valentín Cardedera, que fue viajero fiel al espíritu del Romanticismo, en una obra realizada por Federico de Madrazo

La institución inaugura una exposición sobre el dibujante aragonés, que vivió en el siglo XIX y fue un gran coleccionista, bibliógrafo y defensor del patrimonio

27 sep 2019 . Actualizado a las 17:51 h.

Dibujante de alta formación, erudito del patrimonio, coleccionista, primer bibliógrafo de Goya, impulsor de la iconografía nacional o viajero ligado al romanticismo. Todo esto era el artista aragonés Valentín Cardedera (Huesca, 1796-Madrid, 1880). Pero su verdadero logro fue «salvaguardar» y ser «el gran benefactor» del patrimonio en palabras de la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos. El Departamento de Bellas Artes y Cartografía de esta institución «debe su origen» a Cardedera por su donación de 45.000 obras poco antes de morir. Ahora, 139 años después de su fallecimiento, la institución junto al Centro de Estudios de Europa Hispánica le rinden «homenaje» con una exposición que recorre las diferentes etapas de su vida y donde pueden observarse obras inéditas de pintores como Velázquez o Rembrandt.

La exposición cuenta con obras donadas por el propio artista en 1867, por sus familiares y por otros museos como el Prado o por Patrimonio Nacional. «Hay que agradecer que ni él ni su familia tiraron un papel en su vida», cuenta el comisario de la exposición, José María Lanzarote, que además es un gran experto de la obra de Cardedera.

Durante el recorrido de la muestra, en la planta baja de la Biblioteca Nacional, se pueden observar las diferentes etapas que recorrió el artista oscense. Sus inicios en Madrid, alojado en casa de los Villahermoso, actual sede del museo Thyssen; sus primeros viajes a Italia, donde se «enamoró de las murallas de Nápoles» y abrazó el romanticismo, tal y como afirma Lanzarote. Londres y París, en repetidas ocasiones. En la ciudad del Sena se dedicó a realizar retratos a la nobleza, especialmente a su «amiga» María Cristina, ambos exiliados por la Regencia de Espartero.

Detalle de «Palacio arzobispal de Alcalá de Henares», un dibujo de Valentín Carderera
Detalle de «Palacio arzobispal de Alcalá de Henares», un dibujo de Valentín Carderera

Después, de nuevo en España, centró su vida en dibujar las indumentarias de monjas y las estructuras de los monasterios que quedaron bajo los escombros durante la desamortización de Mendizábal años antes. Al final de su vida, impulsó la iconografía española en la que destaca el Códice Daza de Lope de Vega junto con otros 2.000 títulos que Carderera coleccionó durante su vida.

Si en algo destacaba el legado de Cardedera a la Biblioteca Nacional, fundada en 1711 por Felipe V y propiedad de la Corona hasta 1836, cuando pasa a manos del Gobierno, era su colección donada en 1867. Además de Lope de Vega, esta muestra posee la Cabeza de muchacha de Velázquez y un grabado de una de las principales obras de Goya; Dios la perdone. Y era su madre. Aunque quizá, «la obra estrella de la exposición», según Lanzarote, es el Doctor Fausto de Rembrandt.

Esta muestra se podrá ver hasta el 12 de enero y después viajará a parar al Palacio de Sástago en Zaragoza, que expondrá las obras desde el 25 de marzo hasta el 21 de junio.