Joaquín De Luz: «Tengo el mismo presupuesto que el ballet de Nueva York para zapatillas de puntas»

Antía Díaz Leal
ANTÍA DÍAZ LEAL REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El bailarín y coreógrafo madrileño Joaquín de Luz inicia su primera gira como director de la Compañía Nacional de Danza, que llegará a Galicia en el próximo mes de noviembre. En la imagen, De Luz, ayer, posando en el palacio municipal de María Pita
El bailarín y coreógrafo madrileño Joaquín de Luz inicia su primera gira como director de la Compañía Nacional de Danza, que llegará a Galicia en el próximo mes de noviembre. En la imagen, De Luz, ayer, posando en el palacio municipal de María Pita ÁNGEL MANSO

La Compañía Nacional de Danza bailará «Carmen» en A Coruña, en noviembre, con la Orquesta Sinfónica de Galicia

20 sep 2019 . Actualizado a las 08:07 h.

Joaquín De Luz (Madrid, 1976) ha vuelto a casa «cumpliendo un sueño». Formado en España, forjó su carrera de estrella internacional en EE.UU., y se retiró el año pasado como bailarín principal del New York City Ballet. Desde hace veinte días está al frente de la Compañía Nacional de Danza (CND). Y en noviembre presentará en A Coruña el espectáculo de Carmen de Johan Inger, uno de los mayores éxitos de la agrupación de los últimos años.

-Llegan con una «Carmen» muy particular, creada en el 2015 por el coreógrafo sueco Johan Inger para la compañía.

-Es una Carmen vista a través de los ojos de un genio. Inger es sueco pero lleva diez años en Sevilla, y tiene una forma de mirar nuestra historia que me parece muy particular, muy racial. Ha conseguido una Carmen muy redonda, una de las mejores versiones que he visto, y le ha dado un éxito a la compañía. A la suite de Bizet se le ha añadido música más contemporánea, y el lenguaje es contemporáneo, pero toda la trama es perfectamente reconocible. Esta es la línea que quiero seguir a la hora de salir y de tener identidad.

-Habla de identidad desde que se conoció su nombramiento al frente de la CND. Dice que no tiene sentido que todo el mundo haga lo mismo en todas las giras.

-Eso es, junto con el talento español y mi forma de programar, uno de los puntos más importantes. Para mí la identidad es primordial. Y es que además no hace falta irse fuera, tenemos un grandísimo patrimonio cultural, reconocible en cualquier parte del mundo. La idea es que a la hora de salir se nos reconozca enseguida, que digan: «Es la Compañía Nacional». Nacho Duato lo hizo perfectamente y por eso puso la compañía donde la puso.

-¿Recuperar a Duato es otro de sus objetivos?

-Por supuesto. Yo soy un gran fan de construir, no del borrón y cuenta nueva. Creo que cada fase de la compañía ha sido importante, que hay que crear una base que deje poso y una identidad. Tienen que quedarse una serie de piezas que sean icónicas de la propia compañía.

-¿Qué se ha encontrado a su llegada?

-Pues mucho trabajo por hacer, pero también muchas ganas, mucha fuerza. Yo quiero que esta compañía siga creciendo, que la danza al menos se acerque a donde debería estar en nuestra sociedad. El público está hambriento de ver buena danza, y yo voy a hacer todo lo que esté en mi mano para esto.

-¿Cómo va a ser esta primera temporada?

-A todo trapo. Les he transmitido a los bailarines mi deseo de que haya rigor, y también por dónde van a ir los tiros artísticamente, con un repertorio muy versátil, con ballets clásicos, neoclásico, contemporáneo... Vamos a traer piezas icónicas que están en el repertorio de las grandes compañías. Y a la vez, dar mucha atención a la creación española y a la creación de las mujeres.

-Usted se formó en Madrid con Víctor Ullate y se marchó a Estados Unidos, como tantos otros bailarines españoles...

-Sí, desafortunadamente es una lástima porque tenemos un talento inmenso. Una de las partes de mi proyecto que más ilusión me hace es no solo retener el talento, sino hacer que vuelva. Nuestra disponibilidad nunca ha faltado, pero cuando sales fuera y ves el apoyo que tiene la danza y los datos de aquí, no hay cuestión. Nos vamos fuera porque la infraestructura y el apoyo no están ni mucho menos a la altura del talento que hay. Si nos hubiésemos quedado todos, tendríamos la mejor compañía del mundo.

-Hablemos de cifras. Ha dicho usted que el presupuesto de la compañía (2 millones de euros) es ridículo, y que el sueldo de director es como el un bailarín del cuerpo de ballet en Nueva York

-Si quieres otro dato alarmante, el presupuesto que tengo yo para programar en un año es el mismo que tiene el New York City Ballet para las zapatillas de puntas. Son animales diferentes y yo no pretendo que vaya a cambiar, pero deberían poner un poco de atención, escuchar a los que venimos de fuera, y evidentemente, que se abra la puerta del mecenazgo y la financiación privada.