«Viento de libertad»: así fue y así nos lo cuentan

Miguel Anxo Fernández

CULTURA

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La película relata la fuga de una familia que huye de la Alemania del este; es una combinación de riesgo, desafío y un punto descabellada

14 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que impresiona es la propia fuga, con una combinación de riesgo, desafío y un punto descabellada. En septiembre de 1979, dos familias de Turingia, en Alemania del Este, las de un técnico de vuelos y un maestro albañil, aterrizaban con su globo artesano sobre territorio de Baviera. Huían de la Alemania del Este y eligieron franquear el muro de manera tan insólita. La gesta ya tuvo su versión con el aval Disney en 1981, Fuga sin fin, contada a la manera de Hollywood y que exhibe a diario el Museo del Muro, en el Checkpoint Charlie, punto de paso controlado por las tropas estadounidenses en la época.

Lo que hace Viento de libertad es volver sobre aquella historia desde una perspectiva más local, aunque poca sea la diferencia al renunciar el director y sus guionistas a la vía de la denuncia política —dándola por sobreentendida—, que a fin de cuentas los espectadores alemanes guardan buena memoria de aquel período y, en el fondo, lo de la unificación plena no es a todos los efectos, que la nostalgia sigue viva en lo que fue el sector oriental.

Los foráneos habríamos agradecido unos toques de ambiente sobre el antiguo régimen y que la temida policía secreta Stasi tuviera un enfoque superior al cine de género, que a eso se reduce su papel. Ambas familias construyen su globo de noche en un sótano, compran grandes cantidades de tela en diferentes lugares para no levantar sospechas, y la trama se reduce en su segunda mitad a una carrera entre ambos, policías y fugados, a quién llegará primero, desenlace que el espectador conoce. Pero, estas consideraciones al margen, luce un cuidado trabajo de ambientación, mantiene el ritmo y se lleva bien como entretenimiento. La estructura no va más allá de dos familias que desean huir y unos policías que deberán impedirlo. Entre medio, como algo marginal, unos destellos en el guion intentan aportar contexto, aunque evitando la sobrecarga. Se trata de contarnos una fuga, no de otra cosa. De haber profundizado en la época, el filme tendría otra trascendencia. La intención de su director era dar espectáculo, punto.