Víctor López-Rúa: «Mi obra tiene cierto aire de relato y una relación íntima con el cine»

Xesús Fraga
x. fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Víctor López-Rúa, con una de sus obras, en el Pazo da Saleta, en Meis
Víctor López-Rúa, con una de sus obras, en el Pazo da Saleta, en Meis MARTINA MISER

El artista gallego expone sus obras de gran formato en México junto a Luis Kerch

26 jun 2019 . Actualizado a las 09:23 h.

El pintor Víctor López-Rúa (A Coruña, 1971) es a la vez artista y comisario de la muestra Ardiente Aura. La persistencia pictórica del paisaje, que se abre este miércoles en el Centro Cultural de España en México. Junto al mexicano Luis Kerch, el artista gallego muestra unos cuadros de gran formato en los que una placidez bucólica se ve amenazada.

-Hay un contraste entre los escenarios naturales, bucólicos, y la sensación de amenaza, inquietud o frenesí que transmiten las figuras humanas...

-Siempre me han seducido las obras equívocas: aquellas que, aunque transmiten una aparente belleza, llevan al espectador hacia espacios -mentales- incómodos que provocan que se cuestione lo que ve. Así pues, partiendo de la belleza del paisaje que me rodea, decidí insertar escenas de nuestra vida privada y familiar donde la violencia, agazapada, puede hacer acto de presencia en el momento más inesperado. El primer nivel, el de la belleza, es de simulación, donde funciona la ironía, el segundo, subterráneo, cambia radicalmente el primer y despreocupado acercamiento a la obra.

-También transmite un efecto peculiar otro contraste, el de las figuras más perfiladas y la naturaleza con pinceladas mayores...

-El paisaje, la masa informe de la naturaleza, funciona como escenario y como escaparate de la belleza ante el que el observador se siente reconfortado, pero también como espacio para proyectar la pura pintura; el gesto de los personajes, la mirada, su movimiento, es el detonante del significado final de la obra, y por eso, debe mostrarse más concreto.

-Hay referencias a Cortázar, a «Blow Up», a maestros de la historia del arte... ¿cuál es su relación con otras disciplinas y la tradición pictórica?

-Para mis investigaciones es esencial la profundización en la tradición: desde la tradición, por poner un ejemplo, he llegado al innovador proyecto de Pintura Estereoscópica, trabajo que, a la vez, no existiría sin contar con los últimos avances en la tecnología 3D. Ese diálogo es constante en los grandes maestros del arte: desde el redescubierto músico del barroco Jan Dismas Zelenka hasta Marcel Duchamp, de Velázquez a Stravinski. Por otro lado, mi obra tiene cierto aire de relato, pero sobre todo, me une una íntima relación con el cine, pues los personajes que habitan mis cuadros componen escenas -fotogramas- con el tiempo en suspensión, dejando al espectador ante la duda del desenlace.

-¿Y cómo surge y fructifica ese diálogo con Kerch?

-De Luis Kerch me sedujo, sobre todo, el que es un artista volcado en la idea de la pintura: su obra podría ser el eslabón entre el paisaje y lo abstracto, entre la realidad y la poética de la luz y ello, a través de materia y color, nada más y nada menos… Su concepto es la propia pintura, por eso su obra era esencial en un proyecto que quiere poner de relieve el enfrentamiento entre el pintor -con sus rudimentarios medios- y la naturaleza, así como el íntimo diálogo que nace entre la obra y el espectador.