El director avanzó en el Festival de Cans que el proyecto girará en torno a una pareja de extranjeros que se muda a Galicia
25 may 2019 . Actualizado a las 21:32 h.Rodrigo Sorogoyen, uno de los triunfadores de los últimos premios Goya con El reino, rodará un filme en Galicia. El director lo ha avanzado en el Festival de Cans, donde participó en un coloquio en el que habló de trabajos pasados como Madre o El reino, pero también anticipó planes de futuro. Uno de ellos es una historia que tiene previsto rodar en la comunidad, en concreto, en una aldea de la provincia de Ourense, pero que todavía está sin localizar.
«Tratará sobre una pareja de extranjeros que vienen a vivir aquí, con dos personajes gallegos muy potentes, uno de ellos es de Goya y se lo ofrecí a Zahera», ha detallado el director, que ha recibido una de las Estrelas de Cans, junto a los intérpretes Carlos Blanco y Leonor Watling. Por su parte, Zahera describió al cineasta como un director «de contacto»: «É un director distinto, porque el é o autor do texto [de El reino, junto a Isabel Peña] e coñéceo moi ben, entón ten outras dinámicas... é como eu lle digo, un director de contacto». Además, el actor confesó la ilusión que le había hecho ganar el Goya en su categoría: «pero non llo digades a ninguén».
Con respecto a su carrera, Sorogoyen se ha referido a su ascenso como cineasta en los dos últimos años, una fama y exposición pública que ha acabado por afectar a su vida. «Fue una locura, sobre todo el tiempo que pasó entre el rodaje de El reino y del cortometraje Madre [nominado al Óscar]. Mi equipo y yo tuvimos mucha suerte de que las dos piezas gustaran tanto, recibí muy buenas palabras del público y eso me alegra mucho y me da fuerzas para seguir trabajando. Este tiempo fue una nebulosa, no me acuerdo mucho de estar en el Festival de San Sebastián ni de los Óscar».
Sorogoyen también explicó que la primera idea que quería transmitir con El reino era mostrar cómo actúan los políticos de las altas esferas, pero el guión que el director realizó con Isabel Peña acabó dando un giro hasta centrarse en un político de un rango menor, con el objetivo de que el espectador empatizase con la figura del corrupto.
