Chillida Leku resucita en el siglo XXI

miguel lorenci HERNANI / COLPISA

CULTURA

Chillida Leku reabrirá sus puertas el próximo 17 de abril
Chillida Leku reabrirá sus puertas el próximo 17 de abril Juan Herrero | Efe

Tras ocho años cerrado, el museo del escultor en Hernani reabre sus puertas con un nuevo modelo de gestión que le dará un impulso a su obra en EE. UU. y Asia

10 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin rencor y con enorme entusiasmo. Así afronta Luis Chillida, hijo de Eduardo Chillida (1924-2002), el «esperanzador» futuro del Chillida Leku del siglo XXI. Ocho años después de su cierre parcial por insalvables problemas económicos y políticos, tras una dolorosa y oscura travesía del desierto y superada una negrísima etapa de desencuentros con la administraciones vascas, resucita felizmente el museo al aire libre que soñó el escultor español más universal del siglo XX, que se dispone a reabrir bajo un nuevo modelo de gestión.

De fallida intentona de articular un modelo mixto en el que se griparon todos los resortes, opta ahora por uno decididamente privado en el que llevarán la batuta los galeristas suizos Manuela Hauser e Iwan Wirth y los más influyentes del mercado mundial del arte, según la revista Art Review. Merced al acuerdo alcanzado a finales de 2017 con los descendientes del artista, la firma Hauser & Wirth se hace en exclusiva con la administración de la Sucesión Chillida y la gestión de Chillida Leku (el lugar de Chillida), donde prima de nuevo el orden y el concierto.

«No hay mal que por bien no venga», dice sin ambages y más que risueño Luis Chillida, presidente de la Fundación Chillida-Belzunce y encantado de dejar atrás «momentos muy duros en los que el esfuerzo y la dedicación de la familia no sirvieron para nada». Está seguro de que el museo y el legado «estarán ahora donde siempre debieron estar». Y será gracias al acuerdo privado que les «llena de ilusión» y que dará nuevo impulso comercial a la obra de su padre en Estados Unidos y Asia. «No se llegó a un acuerdo con las instituciones pero hemos logrado este, que nos lleva a un nuevo punto de partida en el que buscaremos lo mejor para el museo el siglo XXI», plantea Luis Chillida «No veíamos que fuera posible seguir», dice de la fallida fórmula que implicaba al Gobierno vasco, la Diputación de Guipúzcoa, los ayuntamientos de San Sebastián y Hernani, y el Ministerio de Cultura, y en el que los dos primeros debían aportar 50 millones de euros cada uno para adquirir la colección. Un dinero que nunca llegó. «No soy rencoroso, pero creo que ahora llegaremos a un nivel de excelencia que no alcanzaríamos con un acuerdo institucional», valora.

Detalle de una de las obras del escultor
Detalle de una de las obras del escultor Juan Herrero | Efe

La familia confirma que si vende piezas lo hará «de forma ordenada»

La familia de Chillida confirma que «tiene obra para vender» y que de hacerlo será «de forma ordenada». Luis Chillida recuerda cómo su madre era partidaria de mover la obra de su marido: «Si todo se queda en el museo no será bueno para la obra de tu padre, me decía».

Se niega hablar de dinero y a dar detalles de un acuerdo económico a todas luces satisfactorio «entre una galería y una sociedad familiar». «Si hubiera dinero público por medio habría que explicarlo, pero al ser privado no hay por qué», dice del acuerdo que convierte a Hauser & Wirth en representantes mundiales de la Sucesión Chillida. «El valor lo aporta uno, el precio lo ponen los demás, repetía mi padre», dice Luis Chillida que se refugia en la rotunda frase para no desvelar los detalles del acuerdo con los suizos. «Nunca tuvimos una galería de tanta exclusividad. Firmamos un acuerdo a largo plazo con garantías de continuidad y afrontamos el futuro de la manera más ordenada y profesional. Nos vendrá bien caminar juntos», se felicita.

La catalana Mireia Massegué, hasta ahora responsable del Gaudí Exhibiton Center en Barcelona, es la nueva directora de Chillida Leku, que reabre al público el día 17 de este mes con Ecos, una exposición temporal con un centenar de obras comisariada por Ignacio Chillida, otro hijo del escultor. Hasta 43 de las piezas de gran formato se mostrarán en las campas y 60 en el caserío del siglo XVI, en un recorrido por toda trayectoria de Eduardo Chillida, de los años 40 al 2000. Dedicará especial atención al Peine del viento, la obra más popular y querida de Chillida.