Constantino Martínez-Orts: «Como dijo Beethoven, puedes tener un error, pero no tocar sin pasión»

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Constantino Martínez-Orts, director de la Film Symphony Orchestra
Constantino Martínez-Orts, director de la Film Symphony Orchestra RAUL VEINTIMILLA

La Film Symphony Orchestra regresa a A Coruña este domingo día 7 con otro concierto dedicado a la música de John Williams

03 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

John Williams es un gigante de las bandas sonoras. Tanto, que un solo concierto no le hace justicia. Por este motivo la Film Symphony Orchestra regresa a A Galicia con un segundo concierto monográfico dedicado a la música de filmes como E.T., Star Wars, Las aventuras de Tintín o Múnich. Será este domingo en el Palacio de la Ópera (19.00 horas; entradas desde 35 euros). Su director, Constantino Martínez-Orts (Valencia, 1977) habla de Williams con la misma pasión de la que hace gala cuando empuña la batuta.

-Interpretan los grandes clásicos de Williams, pero también otras piezas menos conocidas...

-Por supuesto. Aparecen temas principales, como de Las cenizas de Angela, El patriota o JFK, pero también entramos en músicas incidentales de películas como Las aventuras de Tintín, con la música de una lucha de sables, por ejemplo. También alguna música muy hermosa y menos conocida, como la Oración por la paz, de Múnich, y eso completa todo un recorrido de más de dos horas y media, prácticamente, lo que cierra un ciclo de cinco horas de música del gran John Williams.

-Si hay un compositor que lo justifique, ese es Williams.

-Sí, sí. Hablamos de más de cincuenta años de carrera dedicados al cine, 51 nominaciones y cinco Oscars, otros tantos Globos de Oro y Grammy. Es el compositor más célebre de la segunda mitad del siglo XX, vivo todavía.

-Las dos notas iniciales de «Tiburón» son casi tan reconocibles como las de la «Tocata y fuga» de Bach.

-Creo que ya son grandes clásicos. El tema de Tiburón ya forma parte del imaginario colectivo, por supuesto. O acordes que tenemos muy interiorizados, como los tres primeros de Memorias de África, por ejemplo. Esas notas ya tienen la fuerza suficiente como para adelantarte lo que vas a escuchar e invocar esas imágenes que algún momento nos aterrorizaron.

-Otra seña de identidad suya son los comentarios entre pieza y pieza, que ayuda a contextualizar la obra para el público.

-Sí, eso ha sido un elemento más que hemos incluido en nuestros conciertos. A mí siempre me faltaba algo en algún concierto de clásica, por ejemplo, y hemos llevado los conciertos al terreno que queremos. Con una iluminación que crea una experiencia más inmersiva, con mis comentarios. El saber no ocupa lugar y contextualizan la escucha y lo convierten en algo más activo y no pasivo, se invita al espectador de estar más pendiente de determinados solos o un contrapunto o un instrumento con una participación especial. Y recordar las películas también ayudan a entender la pieza. Si hay un duelo de sables musicalizado con varias secciones de la orquesta y construido así de una manera deliberada, creo que es interesante que el público lo sepa, porque hay una intención del compositor. Son matices que enriquecen que la escucha y hacen que la experiencia musical sea más completa.

-O cuando sitúa a Williams en sus tradiciones musicales.

-Exactamente. Cuando Williams se inspira, porque nunca lo ha negado, en algún compositor o escuelas. War Horse, que interpretamos ahora en el programa dos, es un tributo explícito a la música pastoral inglesa, con compositores como Delius, Vaughan Williams o Elgar. Es interesante que el público sepa que aquí hay unas fuentes de las que se ha bebido y Williams no lo oculta.

-Usted descubrió la música de Williams a los cinco años, cuando fue al cine a ver «E.T.».

-Sí, fue en Valencia con mis padres, en un cine pequeño. Me dejó una impresión importante y me enamoró del cine de Spielberg y de la música de Williams. De alguna manera yo me aficioné a escuchar música clásica e hice mis estudios en el conservatorio en Valencia y me especialicé en música de cine. Estamos hablando usted y yo en este momento gracias a E.T. y John Williams.

-Ver al público en pie al acabar el concierto ya es una recompensa en sí misma. ¿La clave para que disfruten en las butacas es disfrutar también en el escenario?

-Desde luego que es una recompensa. Y para un artista no hay nada más bonito que percibir el cariño y el calor del público. Las felicitaciones posteriores, el photocall, la gente emocionada diciendo lo bien que se lo han pasado, eso no tiene precio. Como decía Beethoven, podemos equivocarnos en una nota, el error está admitido, pero lo que no puedes es tocar sin pasión, eso es básico. Y yo creo que el público lo percibe y lo agradece.

«No sé hasta dónde vamos a llegar, pero esto no se acaba mañana»

Constantino Martínez-Orts se formó como pianista, en composición y dirección de orquesta, antes de especializarse en música para cine. Ver E.T. a los cinco años lo impactó, pero luego su carrera la ha ido construyendo en función de su curiosidad musical.

-Es decir, que en aquel momento no le vino ya la idea de verse con una batuta, sino que primero vino un instrumento.

-No, yo soy pianista, desde luego. Lo que se produjo fue un flash. Tampoco voy a decir que me enamoré de la música de cine por ET. Me enamoré de ese sonido sinfónico, romántico. Crecí escuchando música clásica y me despertó una inquietud por la música sinfónica. Con el tiempo me atrajo más y me especialicé en cine. Pero yo estudié piano, composición, dirección de orquesta y, ya siendo bastante mayor, me voy a Londres a especializarme en composición para cine y dirección de orquesta.

-¿La FSO es un proyecto pensado a largo tiempo?

-No lo sé, eso no lo puedo decir yo. Lo cierto es que llevamos siete años desde que comenzamos con el proyecto con un concierto en Valencia. Ahora estamos en una gira con setenta conciertos en toda España, y Portugal ya, con miras a la internacionalización del proyecto en Europa y Latinoamérica. Tenemos una big band de música de cine, un campamento de verano, cinco discos. No sabría decirle hasta dónde vamos a llegar, pero esto no se acaba el año que viene.

-Tiene el mérito de que su principal sustento es la taquilla...

-Al final, todo requiere mucho trabajo y esfuerzo. No voy a decir que sea fácil mantener el proyecto. Hay muchas personas entregando su tiempo, su ilusión y su talento para que esto tire hacia adelante. Podemos decir con mucho orgullo que es una iniciativa privada.