Miqui Puig: «¿Por qué los chicos de 16 años en este país no pueden conocer a Los Bravos?»

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

MIQUI PUIG
MIQUI PUIG EL SEGELL

El excantante de Los Sencillos estará mañana en Santiago hablando de cómo se las arregla a los 50 para seguir en el mundo del pop

29 mar 2019 . Actualizado a las 12:32 h.

Músico, compositor, tertuliano, divulgador y siempre fan. Miqui Puig (Barcelona, 1968) es una de esas personas que ha vivido, vive y vivirá la música pop con la máxima intensidad. Y no quiere dejar de hacerlo a los cincuenta. Precisamente hablará de ello mañana en Santiago (18.10 horas, Cidade da Cultura, entrada libre con previa inscripción). Se trata de una de las conferencias de Emprende + Gaiás, una jornada de mesas redondas alrededor de la música y la cultura promovido por el festival Atlantic Fest, que tendrá lugar en A Illa de Arousa del 26 al 28 de julio.

-¿Se puede seguir ligado al pop con cincuenta años en el DNI?

-No es frecuente, sobre todo en la industria española. Hay un momento en el que parece que no existes. Yo llevo ya un tiempo haciendo discos en solitario y aún hay gente que me dice: «Ah, ¿pero tú aún cantas?».

-¿Tiene que apelar al pasado, diciendo que es el de Los Sencillos, o sirve solo como Miqui Puig?

-Yo no puedo negar de dónde vengo. De hecho, en la gira voy a recuperar canciones de Los Sencillos, pero equilibradas y pasadas por el tamiz de lo que hago ahora. Nos han hecho varias ofertas para que vuelvan Los Sencillos, pero no es mi intensión. No es un grupo tan fuerte como para llenar estadios y, además, nunca he tenido yo ningún tipo de miras en este circuito revivalista que, por otra parte, nunca voy a criticar. Cada uno se defiende como puede con su música.

-Alex Cooper hablaba ya hace unos años del derecho de crecer y seguir escuchando un pop acorde a su edad. ¿Coincide con ello?

-Es una obsesión que también tengo yo. El pasado verano, por ejemplo, vi a David Byrne, que nos saca 20 años a todos y graba unos discos espectaculares y vanguardistas. Muchos tendrían que tomar nota. Lo que ocurre es que somos una industria que no ha sabido crecer. Tampoco dejaron crecer a los de los sesenta y setenta. Quieren que vivas en el eterno revival. Yo soy muy francófono y veo cómo ha envejecido Françoise Hardy, Jane Birkin o Étienne Daho con su público.

-¿Existe una especie de dictadura juvenil en la música pop?

-No sé si es eso, yo creo que sobre todo es la nostalgia. Intentar revivir tus 16 años es algo inviable. Yo no puedo usar ni el mismo vestuario ni cantar algunas de aquellas canciones.

-En España a veces parece que se escucha pop hasta los 30. Y que luego hay que dedicarse a otra cosa. Se pierde la conexión.

-Claro y luego llega Tarantino y te descubre un tema de Los Bravos. ¡La gente va a descubrir a Los Bravos! ¿Por qué los chicos de 16 años en este país no pueden conocer a Los Bravos? ¿Por qué nos hemos cargado la cultura?

-Cada vez hay más festivales que apuestan por el público familiar. ¿Ya no son solo para jóvenes?

-Antes a veces se decía que iba gente mayor a los conciertos como si fuera algo peyorativo. Y para nada. En Inglaterra ves a gente de 75 años bailando nothern soul y la música sigue formando parte de su día a día.

-En el mundo anglosajón es más frecuente. Madness lo escucha el abuelo, el padre y el hijo y se considera música popular.

-Porque forma parte de su cultura. En ningún momento se corta el cordón umbilical y se nota.

-Su modo de vivir la música le ha llevado a ser, por ejemplo, profesor de cultura musical en «OT». ¿Qué se ha llevado de ahí?

-Lo que hice básicamente es compartir. Yo trabajo mucho con gente joven. Ahora estoy produciendo a un grupo de gente de 20 años. En OT los chicos veían como los patrones y ciertas actitudes en el mundo del pop simplemente van mutando. Una generación descubre a la otra. El otro día una chica con la que trabajo me dijo que acababa de descubrir una canción que le estaba volando la cabeza. Y era la misma que me había volado la cabeza a mí cuando tenía yo 20, un tema de Dusty Springfield. Una canción nunca es ni del año 67 ni del 2019. Una canción es de la primera vez que la escuchas y cómo te afecta. Eso, al final, es lo mejor de todo: descubrir una melodía por primera vez y decir: «Oh, my good, qué me está pasando». 

-¿Con quién le ocurre eso ahora?

-Estoy enganchado a una canción de Cecilio G, el raper de Barcelona que ha sacado la canción Million Dollar Baby, un tema biográfico y confesional de un chico de 23 años con el que me llevo 27 y me ha emocionado. 

-En su último disco tiene una canción, «Raros», con visos de himno. ¿Sigue siendo un raro una persona de 50 años que sigue haciendo música pop?

-Sí, hemos empezado la entrevista así y la vamos a tener que terminar así. Somos anómalos. Parece que en cualquier momento vayamos a tener que levantar la mano y pedir perdón por cantar canciones pop. Pero, claro, en este disco mis canciones pop hablan de que a veces hay días que no llego. En el anterior disco hablaba de cómo me reunía con mi pandilla y venerábamos la morcilla, la cebolla frita y el vino. Ahora vemos a la gente joven pasar.