«'Viaje de invierno' de Schubert. Anatomía de una obsesión», ensayo de Ian Bostridge sobre el ciclo de «lieder»
CULTURA
El ciclo de lieder de Franz Schubert Winterreise [Viaje de invierno] es, para el aficionado, una de las cimas más exquisitas de la historia de la cultura occidental. Solo hace falta escuchar alguna de las grabaciones que hizo el barítono Dietrich Fischer-Dieskau -con Gerald Moore al piano en 1955, con Jörg Demus en 1966 o con Alfred Brendel en 1979, entre otras- para intuir la grandeza de esta creación mayor del genio austríaco. El tenor inglés Ian Bostridge (Wandsworth, Londres, 1964), uno de los cantantes de hoy que mejor recrea el ciclo, y que supo a qué dedicaría su vida tras escuchar la voz de Dieskau, ha escrito un ensayo sobre este conjunto musical en el que examina con mimo -y uno por uno- los 24 poemas del autor alemán Wilhelm Müller (1794-1827) que lo integran. No es esta una pieza cualquiera del amplio y rico catálogo de Schubert (1797-1828), lo cual ya sería suficientemente relevante: Viaje de invierno es una obra de madurez, llegada en la etapa última de su vida, teniendo en consideración que el compositor murió con apenas 31 años (edad similar a la que, solo unos meses antes, se había ido Müller).
El trabajo de Bostridge -doctor en Historia y Filosofía- indaga la magia que oculta este ciclo, en ese misterio que se fundamenta sobre el héroe romántico del paseante, el viajero, el espíritu libre, el hombre independiente asolado por el desencanto amoroso...
Con la erudición, administrada con levedad, y el condimento biográfico sobre Schubert, el libro mezcla las reflexiones del propio Bostridge, aderezadas con su vivencia personal en torno al goce, el significado -con las lecturas de los más diversos pensadores y artistas- y la interpretación musical de Viaje de invierno -que admite que le obsesiona desde muy joven-. Y ayuda al acierto del ensayo que el autor renuncie desde el inicio a ofrecer respuestas definitivas. En fin, un viaje que es una hermosa aventura.