«Commedia» e «Invisibles» triunfan en los Premios de Teatro María Casares

La Voz A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

César Quian

Iria Pinheiro y Miguel Borines, elegidos mejores protagonistas, y Marián Bañobre, mejor directora

22 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En un año histórico por múltiples motivos, más de los previstos, el teatro gallego convirtió ayer su gala anual en una afirmación arrolladora y crítica del vigor y la madurez con que ha encarado su función en los tiempos flacos que corren. Fue la noche de Commedia, de la compañía Contraproduccións, un espectáculo que, junto con el segundo favorito -la coproducción del Centro Dramático Galego y Chévere Divinas Palabras Revolution, primer montaje en gallego de la obra de Valle-Inclán-, nació fondeado a un pasado con el suficiente significado como para hacer temer por la versión renovada de sí mismo. Uno y otro brillaron en el desafío. Pero la 23.ª edición de los Premios María Casares que ayer se celebraron en el Teatro Rosalía de A Coruña también aplaudió con entusiasmo a Invisibles, de Redrum Teatro, siete historias de siete mujeres dirigidas por Marián Bañobre -«eu isto non o visualizara», acertó a decir al recoger el premio a la mejor dirección-, que se llevaron tres de las cuatro categorías en las que estaban nominadas, incluidas mejor iluminación, «por fin para unha muller», celebró Laura Iturralde.

Commedia, con 12 nominaciones y tres premios cosechados finalmente, vuelve al espectáculo que el director y dramaturgo Cándido Pazó estrenó en la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia de 1993 inspirado en la Commedia dell’arte, de la que toma los personajes, y llevado a escena en más de 200 funciones en España, Francia y Portugal. «Para celebrarmos toda unha vida xogando a este xogo marabilloso que é o teatro», defendió Pazó, que salvo ausencias contadas reunió al mismo equipo creativo 25 años después. Del resultado dan cuenta las estatuillas -ya no de Sargadelos, sino de la ceramista Paula Pereira, primera novedad de los Premios María Casares 2019- al mejor vestuario para Suso Montero, actor secundario para Marcos Orsi y mejor espectáculo.

Por primera vez, sin TVG

La gala, organizada por la Asocición de Actores e Actrices de Galicia y dirigida por Juanillo Esteban y Carlos Sante, estuvo ausente por primera vez en sus 23 años, más novedades, de la parrilla de Televisión de Galicia. «Ata aquí chegamos», resumió la vicepresidenta, Mabel Ribera, que reprochó a la cadena pública las emisiones de madrugada en un discurso duro y esperanzado que hiló la violencia machista con el anuncio de avances en el Estatuto do Artista «e o futuro, que está nas nosas mans, que emoción!», celebró la actriz.

La fiesta discurrió entre números acrobáticos de circo y recreó una Brigantium imperial que sometió a veredicto popular, pulgar arriba, el destino de Comicus Maximus, un elemento subversivo acusado por un Claudio togado con gorra militar que devino Claudillo. «Non se entrega unha vida ao teatro porque si, hai un compromiso esencial que mantén viva a nosa paixón, que é precisamente ter a coraxe obscena de expresar o que a sociedade moitas veces non quere ou non pode ver e escoitar. Como nos pedía Shakespeare, enfrontemos a nosa época tal e como ela se nos presenta», proclamó el actor y dramaturgo Carlos Santiago al final del Manifesto Galego do Día Mundial do Teatro, que había empezado con una afirmación a modo de aviso: «Ser libre non é fácil».

Iria Pinheiro, mejor actriz protagonista por Anatomia dunha Serea, explicó el filo del oficio aludiendo al proceso judicial en el que está envuelta, que considera, explicó, «ás actrices seres marxinais máis próximas á pornografía ca a Shakespeare». Después Miguel Borines encarnó una novedad reveladora e inesperada: «É a primeira vez que un titiriteiro gaña o premio ao actor protagonista». Y los responsables de las Aulas de Teatro Universitario de Santiago y Ourense recogieron el Premio de Honra Marisa Soto con una llamada de atención por la desaparición de las aulas de Ferrol, A Coruña y Pontevedra, y la propuesta de que el arte dramático se incorpore al currículo educativo. El mejor espectáculo infantil para Patapatum, de Elefante Elegante; actriz secundaria para Marta Lado; la música original de Caxade, la escenografía de Suso Montero para Divinas Palabras y el maquillaje de Martina Cambeiro cerraron la noche.