La superación de Maya Angelou, mujer, negra y pobre

Xesús Fraga
x. fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Maya Angelou recibe la medalla presidencial por la Libertad que Obama le entregó en el 2011
Maya Angelou recibe la medalla presidencial por la Libertad que Obama le entregó en el 2011 LARRY DOWNING

Txalaparta publica en castellano una autobiografía de la autora de «Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado»

25 mar 2019 . Actualizado a las 08:07 h.

«La primera década del siglo XX no fue una buena época para nacer negra, pobre y mujer en Saint Louis, Missouri, pero Vivian Baxter nació negra y pobre, de padre y madre negros y pobres». Así arranca Mamá y yo y mamá (Txalaparta), la traducción al castellano por Cristina Lizarbe de uno de los textos autobiográficos de la escritora norteamericana Maya Angelou (1928-2014). Angelou hablaba de su madre y sus abuelos, pero sus circunstancias no fueron muy distintas durante su infancia. Su libro narra cómo aquella niña lista y espabilada superó aquellas duras limitaciones -a las que se añade el abandono de la madre durante los primeros años de vida- para convertirse en lo que aspiraba. Racismo, malos tratos y una violación a los siete años fueron obstáculos que fue capaz de vencer, sin dejar por ello de perder su sentido de la generosidad ni del humor. Un buen ejemplo de ello es el tono con el que está escrita esta autobiografía, con la sencillez propia de la mejor tradición narrativa norteamericana, sin victimismos, aspavientos o juicios a los que seguramente Angelou tendría derecho.

En Mamá y yo y mamá la futura escritora cuenta cómo su madrastra la cortó con unas tijeras, cómo tuvieron que mudarse para evitar que su hermano se metiese en problemas con el Ku Klux Klan, cómo el hombre que la cortejaba le dio una paliza porque creía que le era «infiel». Cuando habla de la violación que sufrió podría pasar casi por un episodio de realismo mágico, de no ser por la gravedad de las circunstancias: poco después su violador fue asesinado y la pequeña Maya pensaba que la causa había sido el decirle su nombre a la familia; «Llegué a la conclusión de que mi voz era tan poderosa que podía matar a la gente», escribió.

En efecto, su voz era poderosa, e inspiró a incontables generaciones, especialmente de afroamericanos, como le reconoció, entre muchos otros, Barack Obama durante su presidencia. Su libro, también de tintes autobiográficos, Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado, se considera un clásico del siglo XX. En Mamá y yo y mamá se muestra más directa todavía, ofreciendo un testimonio vívido de lo que fue ser mujer, negra y pobre en los Estados Unidos.