Jan Stocklassa: «Si Stieg Larsson no hubiera muerto, habría descubierto al asesino de Palme»

CULTURA

Un libro retoma las investigaciones del autor de la saga «Millennium» sobre el magnicidio y aporta nuevas pistas

14 mar 2019 . Actualizado a las 08:18 h.

La noche del 28 de febrero de 1986 el primer ministro sueco Olof Palme fue asesinado en una calle céntrica de Estocolmo cuando volvía andando del cine junto a su mujer Lisbet. Treinta y tres años después, el magnicidio sigue sin aclarar. Stieg Larsson lo investigó y estuvo obsesionado con resolverlo hasta su prematura muerte en el 2004, a los 50 años, de un ataque al corazón. El periodista Jan Stocklassa accedió a las 20 cajas de los archivos privados del autor de la trilogía Millennium, en las que había datos, cartas, fotografías, artículos y pistas sobre el crimen. A partir de ese material retomó la investigación y fruto de sus trabajo y sus pesquisas de ocho años es Stieg Larsson. El legado. Las claves secretas el asesinato de Olof Palme (Roca Editorial).

-Califica su libro como «novela documental». ¿Por qué si se trata de una investigación?

-Elegí este género de acuerdo con los estándares norteamericanos y suecos, en la línea de los libros de Truman Capote, por ejemplo A sangre fría, que es una de las primeras novelas documentales. Quería escribir sobre un tema muy complejo, de tal forma que fuera posible leer el libro de principio a fin sin que el lector perdiera la atención. En Suecia hay muchos libros sobre el asesinato de Palme, pero son muy difíciles de leer de cabo a rabo, porque hay tantos detalles, nombres y conexiones que es imposible mantener la atención.

-¿Hasta dónde llegó Larsson en su investigación? ¿Cuál era su tesis sobre el crimen?

-Su teoría, a la que llegó bastante pronto, ya en 1987, es que lo organizaron los servicios secretos sudafricanos y que contaron con la colaboración de la extrema derecha sueca, a la que utilizaron para la logística y la ejecución del asesinato. Yo también estoy convencido de que los sudafricanos lo organizaron con la ayuda inestimable de Estados Unidos.

-Usted apunta a Jakob Thedelin, que es un nombre ficticio, como presunto autor el crimen.

-Quiero precisar que esto pertenece a la parte que yo investigué, no a la de Larsson. Es bastante probable que fuera el perpetrador. Responde al perfil psicológico de los asesinos de este tipo, hombres jóvenes, con problemas en sus relaciones con las mujeres, en sus trabajos u otras circunstancias de su vida. Jakob Thedelin cumple todos estos requisitos, como problemas para mantener su empleo, encontrar pareja, se siente muy frustrado y se vuelve ultraderechista. No quiso recibirme, pero llegué a un acuerdo con una mujer checa, Lída Komárkova, para que fuera a visitarle y grabó en audio y vídeo sus encuentros durante seis días.

-¿Admitió que era el asesino?

-No directamente. En las grabaciones dice que se le asignó matar a un traidor y que fracasó. Pero en un momento dice que va a contar algo que no ha dicho a nadie y describe una escena en la que va a matar a un traidor. Es muy extraño. Yo interpreto que está describiendo en realidad cómo participó en el asesinato de Palme. Es su forma de decir pero sin decir. También visitó con Lída la tumba de Palme y escupió en ella y le dijo que era un espía soviético.

-Si Larsson no hubiera muerto prematuramente, ¿habría logrado descifrar este magnicidio?

-Sí. Estoy convencido de ello. Larsson estuvo muy cerca de descifrar la verdad. Lo que sé es que Eva Gabrielsson y sus amigos dicen que habría utilizado parte de su tiempo y el dinero ganado con sus libros de Millennium, de los que ha vendido más de 80 millones de ejemplares, para continuar la investigación. Las personas a las que hubiera entrevistado habrían sido las mismas con las que he hablado yo.

-Asegura que el magnicidio se va a resolver en un plazo breve de tiempo.

-Lo importante es que mi libro describe algo que ya la policía sueca creyó que era la solución en 1987, pero después cambió al jefe de la investigación y dejó de lado esa línea. Aunque lo investigaron durante diez meses, la policía no conocía entonces las conexiones de Thedelin con otros personajes, que yo he descubierto. Ahora la policía puede retomar esa investigación que inició Larsson y completarla con mis aportaciones. Por eso creo que es posible que la policía sueca lo resuelva en un par de años.

Un magnicidio que no se ha resuelto por «incompetencia de la policía»

La gran pregunta es por qué aún no se ha resuelto el asesinato de Olof Palme después de 33 años.

-Por incompetencia de la policía. Hubo muchas meteduras de pata. Eligieron a un investigador muy leal al partido socialdemócrata y al Gobierno, Hans Holmér, pero que nunca antes había investigado un asesinato. Fue quien inició la línea equivocada de la pista kurda a raíz de una llamada que posiblemente era un trampa.

-¿Qué interés tenía Sudáfrica en eliminar a Palme?

-Palme era el opositor más fiero al sistema del apartheid, Suecia financiaba a los movimientos de liberación en Sudáfrica. Le veían como un enemigo. Pero lo más importante es que Palme estaba impidiendo las entregas de explosivos y armas a Sudáfrica y a otros países como Irán. Creo que detrás se Sudáfrica estaba Estados Unidos, concretamente la CIA.

-El asesinato vino precedido de una campaña brutal de desprestigio de Palme.

-Sí, contribuyó a que fuese posible el asesinato de esta forma porque varias personas a las que apunto, incluido Thedelin, estaban convencidas de que Palme iba a vender Suecia a la URSS. Aunque creo que los sudafricanos lo hubieran hecho igualmente.

-¿Cómo afectó el magnicidio a Suecia?

-Suecia era un país ingenuo, fue un shock total, una especie de despertar. Nos dimos cuenta de que no éramos invulnerables. El que no se haya resuelto es otro trauma para la sociedad sueca, como una herida que está infectada y no se ha curado. Si se resuelve va a doler, porque se cuestionarán viejas verdades y saldrán a la luz muchos errores cometidos por políticos, por la policía, los fiscales, los medios de comunicación y los poderosos, pero Suecia será un país un poco mejor.