Luis Landero novela en «Lluvia fina» un cumpleaños que acaba en tragedia

miguel lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

«Los españoles somos una familia mal avenida», cree Landero
«Los españoles somos una familia mal avenida», cree Landero J.J. Guillén | EFE

La crisis catalana «bloqueó» al escritor, pero luego consiguió escribir su libro de un tirón

12 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Estamos habitados por demonios. En cualquier momento pueden emerger de lo más hondo de nuestro ser y convertir la vida en un infierno. Así lo cree Luis Landero, (Alburquerque, Badajoz, 1948), autor de Lluvia fina (Tusquets). Es una novela «dura y oscura», según su autor. Una dolorosa y dolorida ficción en torno a una tragedia familiar real «que muy bien puede simbolizar la tragedia de un pueblo como el nuestro». Y es que Landero constata que los españoles son «una familia mal avenida», «gobernada por la inquina» y en la que «se masca la tragedia». También que personas y países nos hacemos trampas en el solitario de la memoria para inventar pasados «legendarios y tramposos».

Reconoce Landero que es una novela «rara» y que «casi se escribió sola». Leyó en un diario sobre un cumpleaños familiar que acabó en drama, con dos muertos y varios heridos. Emergieron los trapos sucios, las rencillas enquistadas, «esos cachivaches terribles que ni sabemos que llevamos dentro». Algo estalló en la cabeza del autor de Juegos de la edad tardía, que tres décadas después de aquella novela magistral ha escrito esta «casi en trance». «La acabé de un tirón, a un ritmo de diez o doce paginas diarias, cuando con una o dos me doy con un canto en los dientes», explica. «Tuve el título clarísimo desde el primer instante, que es otra enorme rareza en mí», confiesa.

«Hay demonios que rabian por salir a la luz, y cuando esos diablos surgen la frustración vital hace que busquemos un culpable. Todos tenemos un mundo oscuro y sombrío que desenredar», explica Landero a quien esta novela de madurez se le impuso en un período tan «raro» como el texto. Con la crisis secesionista catalana en lo más álgido no podía escribir nada, pero todo cambió «de repente» y acabó en pocos meses una novela redonda.

Ahora sabe que esos letales demonios familiares son extrapolables a cualquier colectivo. Que se imponen «en la tribu» y desde luego en un país como el nuestro «en el que no somos capaces ni de celebrar el cumpleaños de la Constitución». «España es una familia mal avenida en la que de nuevo se masca la tragedia, esa de la Guerra Civil a la que volvemos continuamente», arguye el escritor. Lamenta además que nos gobierne la inquina «que es muy propia de nuestra especie, propensa al rencor y al egoísmo»

También tiene muy claro que los recuerdos «son tramposos» y que, cómo hacemos las personas, «hay países y pueblos que se inventan un pasado épico y legendario» hasta hacer de su historia «una invención poética». Y encuentra el paradigma de esa mascarada en la Cataluña del procés que tanto le duele y que se convirtió en «una obsesión» mientras escribía Lluvia fina.