«Las herederas», filme de Marcelo Martinessi, jugando a «taxi driver»

eduardo galán blanco

CULTURA

Fotograma del filme «Las herederas»
Fotograma del filme «Las herederas»

La película paraguaya mereció el premio especial del jurado en el Festival de Berlín, que también otorgó a Ana Brun el de mejor actriz

09 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Mi corazón en tinieblas te busca con ansia» canta un karaoke de desguace sentimental. Y en los ojos de la sexagenaria protagonista de Las herederas bulle la depresión sin esperanzas. Su pareja durante más de treinta años de camuflajes entrará en la cárcel por deudas. Chela y Chiquita se despiden a las puertas del presidio mientras, poco a poco, los compradores de oportunidades vacían la casa crepuscular, antaño acomodada, de un suburbio de la capital paraguaya, Asunción. Ahora la vajilla, más tarde los cuadros, por fin el quejoso piano desafinado. Se van los recuerdos pero vuelan también las ataduras y la vieja, que aún es niña mimada a la que le hacen todo, debe espabilar. Súbitamente, surge la posibilidad de ganarse unos cuantos miles de guaraníes, o un puñado de dólares, llevando a ancianísimas pudientes, de casa en casa, de partida de cartas en partida de cartas. Después de muchos años sin conducir, Chela está «jugando a taxi driver», como le dice una de las lenguaraces carcamales que transporta. Inesperadamente, el longevo pero cuidado Mercedes -«me lo regaló mi papá»-, que está en la lista de las pertenencias a vender, le devuelve una libertad olvidada y la conduce a la ilusión renovada de un nuevo, joven y amargo amor.

Fotograma del filme «Las herederas»
Fotograma del filme «Las herederas»

Cargada de sugerencias y mórbido humor, con ejemplar sabiduría, Las herederas nos invita a rellenar los deliberados huecos de este universo exclusivamente femenino -la ausencia de hombres es evidente- que la narración va dejando entrever. Pues lo mejor está en lo que se nos incita a imaginar, lo que permanece en off, aquello que no nos dicen los personajes. Una sapiencia sorprendente, si tenemos en cuenta que hablamos de la primera película de un director casi cincuentón.

Y, si los detalles son primorosos, la interpretación nos asombra y conmueve. Dos veteranísimas actrices de la escena paraguaya, sin experiencia alguna en cine, llenan la pantalla con sus rostros. Patricia Abente, que para su debut cinematográfico elige como falso seudónimo Ana Brun, que son sus otro nombre y apellido -la sociedad paraguaya es retrógrada y no le gustan las historias de lesbianas- ganó el Oso de Oro de Berlín con su melancolía, perplejidad, ternura e inocencia casi virginal. Los primeros planos de esta mujer son de puro arrobo. ¡Qué belleza!

«LAS HEREDERAS»

Paraguay-Francia- Alemania-Brasil, 2018.

Director: Marcelo Martinessi.

Intérpretes: Ana Brun, Margarita Irún, Ana Ivanova, Nidia González, María Martins, Alicia Guerra, Regina Duarte, Ana Banks.

Comedia dramática.

98 minutos.