Una biografía ilustrada apócrifa mezcla realidad y ficción para repasar la vida del popular personaje
06 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.¿Sabían que Chiquito de la Calzada formó parte del cuadro flamenco de Camarón de la Isla durante su estancia en Japón? ¿Y que enseñó a Michael Jackson su característico paso de baile moonwalk? ¿Y que salió en un capítulo de Vacaciones en el mar animando a algunos de los pasajeros del crucero? Una de estas afirmaciones es falsa pero todas se encuentran en Las legendarias aventuras de Chiquito, una biografía ilustrada apócrifa que entremezcla realidad y fantasía para contar la singular vida de Gregorio Sánchez Fernández. No faltan en el volumen elaborado por Sergio Mora (Barcelona, 1975) todos los hitos que configuraron a la persona y al personaje: su nacimiento en el barrio de la Calzada de la Trinidad (Málaga, 1932), su origen humilde, sus inicios en el flamenco con tan solo ocho años, su vida de tablao en tablao por los distintos rincones de España, su esposa Pepita, su estancia en Japón y su saltó a la televisión como contador de chistes de la mano del productor Tomás Summers. «Fui volcando todo lo que encontraba en la red de documentación y lo que habían ido compartiendo los periodistas, estructurando el libro en torno a las anécdotas más icónicas», explica Mora. Lejos de filtrar sus experiencias a través de la voz de un narrador, buscó una excusa para que sea el propio Chiquito quien revele todas aquellas vivencias. Pero aún hay mucho más. Basándose en películas como Big Fish, tira de ingenio para contar la otra vida del humorista. «Quería sazonarlo con referencias que ya no sabes si son reales o fantasías e imaginar a Chiquito en momentos clave de la historia; por ejemplo, qué estaba haciendo cuando Sabrina enseñó la teta en el especial de Nochevieja del 87», cuenta el autor. Para ello se inventa al biógrafo Arito Katana, que desgrana esa parte oculta de uno de los cómicos más queridos de España, hasta su muerte en el 2017. No en vano, gran parte de las exquisitas ilustraciones apuestan por la imaginería nipona, que tanto caló en Chiquito.