«Un recuerdo al futuro», Luciano Berio en Harvard

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Berio, con el violinista Francesco D'Orazio
Berio, con el violinista Francesco D'Orazio

El sello Acantilado publica las conferencias que el compositor italiano impartió en la universidad estadounidense durante el curso 1993-1994

02 mar 2019 . Actualizado a las 19:46 h.

Decía Morricone -estos días inmerso en su interminable gira de conciertos de despedida- que, llegado un momento, él tuvo que elegir y dejar a un lado su trabajo como compositor clásico. La música pensada para la interpretación orquestal difícilmente le procuraría un sustento económico. Su carrera fue larga y exitosa. Hoy todo el mundo conoce y quiere a Morricone (Roma, 1928). Cualquiera podría silbar la tonada del filme El bueno, el feo y el malo. Contemporáneos y paisanos suyos como Luciano Berio (Oneglia, 1925-Roma, 2003) y Bruno Maderna Bruno Maderna (Venecia, 1920-Darmstadt, 1973) continuaron su camino con tozudez. Y hoy su prestigio -son dos figuras de la vanguardia musical europea- es casi tan grande como el desconocimiento del público alrededor de su obra. A la ya habitual contribución de la editorial Acantilado en el campo musical se suma ahora un volumen que reúne las conferencias que Berio impartió en Harvard durante el curso 1993-1994 como titular de la cátedra Charles Eliot Norton, por donde habían pasado antes, entre otros, Stravinski, Bernstein, Cage, Calvino y Eco, quien, por cierto, decía de Berio que era «uno de los músicos más cultos de su generación» y que «era capaz de hallar música en los lugares más insospechados».

Las charlas fueron constantemente reelaboradas sobre el papel por Berio -un work in progress, recuerda en el prólogo su viuda, Talia Pecker Berio, clave en la poética musical de su esposo-, por lo que los textos recogidos en este libro, Un recuerdo al futuro, difieren de la forma original pero siempre respetando su espíritu. Un espíritu que apunta Berio cuando, en su afirmación inicial, advierte de que no pretende ocuparse de la música como una mercancía tranquilizadora: «Me gusta leer o escuchar la música que se interroga a sí misma, que nos interroga e invita a una revisión constructiva». Con razón, Berio abría y cerraba las conferencias con una ejecución de una pieza de su serie Sequenze.