Arco promete la edición más sexi en la despedida de Urroz

Miguel Lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

Cuadro de un pintor anónimo cuzqueño que recrea el matrimonio de don Martín de Loyola con la princesa inca doña Beatriz Clara Coya, obra que data del siglo XVIII y que se expondrá en el museo del Prado con motivo de la presencia de Perú en Arco 2019 como país invitado.
Cuadro de un pintor anónimo cuzqueño que recrea el matrimonio de don Martín de Loyola con la princesa inca doña Beatriz Clara Coya, obra que data del siglo XVIII y que se expondrá en el museo del Prado con motivo de la presencia de Perú en Arco 2019 como país invitado.

Perú, invitado de una feria con 203 galerías que respira optimismo

13 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«De calidad, diversa, sostenible, inclusiva y muy sexi». Así será la 38.º edición de Arco, según Carlos Urroz, su máximo responsable desde el 2010. En una despedida con la que cierra un ciclo de nueve años al frente de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, y antes de entregar testigo a Maribel López, que es ya codirectora, Urroz derrocha optimismo. Confía en un mercado que dejó atrás las turbulencias y la especulación y en la originalidad de un certamen que afianza su papel de puente con América Latina.

Con Perú como país invitado y 203 galerías de 31 países, Arco repite presupuesto -en torno a 4,5 millones de euros- y casi el número de participantes. Atraerá más de 100.000 visitantes, los que, según Eduardo López-Huertas, responsable del ente ferial Ifema, pasarán por los pabellones entre el 27 de febrero y el 3 de marzo. El impacto económico para la ciudad se cifra en 140 millones de euros, según López-Huertas, quien recordó que es una cita «de negocio y de coleccionistas» y que busca «situar Madrid como la capital del arte contemporáneo mundial». «Será el mejor Arco de la década», proclamó un Urroz «muy satisfecho» del trabajo de estos años y «sin prisas» para decidir su futuro. «El 40 % de los estands apostarán por presentar a uno o dos artistas, algo único que hace a Arco distinto a todas las ferias y le da calidad», dice su director. «Será diversa por la variedad e interés de sus contenidos, e inclusiva por sumar más de cuarenta exposiciones paralelas e incorporar proyectos en Pamplona o Valencia», explicó. «Es sostenible porque ha sido y es viable económicamente sin depender de ninguna subvención, y sexi porque es una feria muy atractiva para galeristas, artistas, coleccionistas y un público entusiasta que siempre responde». «Sigue siendo seductora para personalidades como el Nobel Vargas Llosa, que ofrecerá una conferencia en el ámbito de la feria, o para Jean-Jacques Aillagon, exministro francés que aprobó la ley de mecenazgo en su país».

Arco invitó de nuevo a más de 300 coleccionistas a una cita «lúdica y hedonista» -según Urroz-, «con nuevos espacios y en la que tendrá un destacado protagonismo a la gastronomía peruana». Contará con 45 nuevas galerías, entre ellas, Meyer Riegger, Rodeo, Timothy Taylor o Edward Tyler Nahem.

Responsabilidad e ilusión

Es la última edición que dirige Urroz, que tomó el testigo de Lourdes Fernández y se lo cede a la catalana Maribel López, quien lo acepta «con responsabilidad e ilusión». López, que llegó de la mano de Urroz, pilotará Arco en solitario a partir del 2020. Será la cuarta mujer que lo dirija en sus casi cuatro décadas de historia, después de Juana de Aizpuru -su fundadora-, Rosina Gómez-Baeza y Lourdes Fernández. Los organizadores son «optimistas» ante la marcha del mercado del arte. «Habrá compras institucionales que ya se han anunciado y las galerías nos transmiten la confianza en colocar obras grandes», apuntó Urroz. «Ya no estamos en el 2011, cuando solo se vendía lo caro. Ahora los jóvenes artistas latinos son una apuesta decidida del mercado. Cuando el arte fue un valor refugio del dinero, es verdad que solo se vendían las piezas grandes. Pero ahora la tendencia ha cambiado; esta es una feria de descubrimientos. No se viene a comprar un Picasso de diez millones. Es una feria para descubrir y ensalzar al arte más joven y pujante», aseguró Urroz.

La presencia de Perú, tras una edición sin país invitado y con el futuro como lema, se plasma en la sección oficial con siete galerías a las que se sumarán un puñado de procedencia europea que trabajan con artistas peruanos. El Prado acogerá una joya de la pintura cuzqueña, del siglo XVIII y que representa la alianza entre el poder inca y los jesuitas.