El periodista fascinado con Cunqueiro y Mondoñedo

X. F. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

GABRIEL TIZON

Juan Cueto sentía fascinación por la ciudad episcopal y por su ilustre escritor

15 ene 2019 . Actualizado a las 10:46 h.

«No es fácil volver a Mondoñedo al año del entierro de Álvaro». Esta frase resume la fascinación que sentía Juan Cueto Alas por la vieja ciudad mindoniense y por Cunqueiro, a quienes dedicó un célebre artículo en 1982: Mondoñedo no existe. El periodista y escritor asturiano, fallecido ayer tras una larga enfermedad, desarrolló una fértil carrera informativa en la que nunca descuidó la cultura, como creador y como animador, como demuestra su amistad con Cunqueiro, a quien valoraba y defendía. El mindoniense le escribió, ya enfermo, poco antes de morir: «No me quejo de mis enfermedades ni de esas injusticias literarias a las que usted se refiere. Lo que verdaderamente siento ahora es no estar en mi Mondoñedo para vagabundear por los caminos del otoño». Otro gallego, en cambio, le dio un disgusto a Cueto. Camilo José Cela publicó un artículo en la revista Cuadernos del Norte cuando la dirigía el asturiano, en el que una polémica frase sobre la Virgen de la Covadonga le ganó una campaña en contra y ser declarado persona non grata en Cangas de Onís.

Cueto, no obstante, fue más que un informador, un comunicador o un intelectual, sino la suma de todas estas facetas, como subrayó en La Voz de Asturias Juan Carlos Gea. Para el periodista, Cueto fue «un guía, un vigía y un piloto» que pilotó un tránsito desde el atraso de una dictadura hacia la posmodernidad. «Cueto fue un maestro anarcoide y bienhumorado, sin torre de marfil y con parabólica, un gurú sin secta, una antena con piernas y mostacho cuya pasión era recibir en todas las frecuencias y después amplificar con cualquier recurso a su alcance lo que había leído y escuchado, lo que iba aprendiendo con una avidez también típicamente posmoderna y lo que veía venir con una agudeza que era más bien moderna, e incluso premoderna», lo describe Gea.

En su haber hay que anotar experiencias como la mencionada publicación Cuadernos del Norte o la puesta en marcha de la primera televisión de pago en España, Canal +. También se le atribuye haber creado la etiqueta progre para referirse a la izquierda nacida en entornos burgueses. Juan Cueto fue a la vez cronista y testimonio viviente de una época (y de una épica, visto desde la astenia cultural del presente), concluye Gea.