Akal publica la edición anotada del clásico de la literatura norteamericana «Mujercitas», obra que introdujo una nueva identidad femenina, independiente y ambiciosa. El volumen, de más de 700 páginas, incluye los comentarios de John Matteson, biógrafo de Louisa May Alcott, y cientos de ilustraciones.
28 dic 2018 . Actualizado a las 16:14 h.La revolución feminista no empezó en Hollywood ni Twitter en el 2017. Hace 150 años Louisa May Alcott puso el foco en una nueva identidad de género con una heroína, Jo March, con ambiciones más allá del rol doméstico asignado, orgullosa de su individualidad y aspiraciones que superaban los estereotipos del ideal romántico. En Mujercitas, Alcott recogía la herencia de una época que ya había sido testigo de la Declaración de Sentimientos de Seneca Falls (1848, germen del sufragio femenino) y de personajes anteriores como Jane Eyre (Charlotte Brontë) o algunas protagonistas de las novelas de Jane Austen.
La obra, convertida en un clásico de la literatura norteamericana, recibe ahora una oportuna revisión en la edición anotada de John Matteson (Akal, 2018), quien, además de numerosos apuntes a pie de página, realiza un brillante ensayo introductorio donde analiza las similitudes entre la familia de la autora y los March: Alcott tenía también tres hermanas, trabajó desde temprana edad como maestra, costurera y escritora (tras el fracaso del experimento de una ciudad trascendentalista, una especie de comuna, impulsada por su padre en Harvard) y toda su vida estuvo comprometida con el abolicionismo y el voto femenino.
Por medio de las numerosas fotografías tomadas expresamente en la casa de los Alcott (del vestido de boda de Anna, la hermana mayor; del vestuario para las representaciones teatrales de la familia; de los dibujos de May, la hermana menor; del libro de recetas de la madre, entre otras) los lectores descubren los asombrosos vínculos que existen entre la realidad y la ficción.
Los comentarios de Matteson permiten visualizar los objetos cotidianos y la cultura de una época lejana pero cuya impronta es aún perceptible, situando la obra de Alcott en el contexto del arte, la música y la literatura que moldearon su persona y su obra. Así, línea tras línea, a la vez que repasamos la prosa de este gran fresco juvenil de mediados del XIX, entramos en contacto con los libros que la autora leía, la gente que conocía, los platos que comía...
La influencia de Mujercitas trascendió su época y fue decisiva para numerosas mujeres. «Yo quería a toda costa ser Jo, la intelectual. Compartía con ella el rechazo a las tareas domésticas y el amor por los libros. Jo escribía, y para imitarla empecé mis primeros cuentos cortos», aseguraba Simone de Beauvoir.
La lujosa edición de Akal ofrece más de 220 ilustraciones, entre ellas imágenes de los filmes (ha inspirado seis películas, cuatro producciones televisivas, un musical de Broadway, una ópera y una serie web) e impresionantes láminas de Norman Rockwell. Una joya.