Recuperan «Viaje en autobús», de Josep Pla, uno de los mejores libros de la posguerra

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Camilo José Cela, con Josep Pla en casa de este
Camilo José Cela, con Josep Pla en casa de este

El libro se publicó en 1942 y elogia el viaje como fin en sí mismo

03 dic 2018 . Actualizado a las 08:13 h.

Decía Josep Pla (Palafrugell, Gerona, 1897-Llofriu, 1981) que uno debe viajar para entender que «una pasión, una idea, un hombre» solo son verdaderamente importantes si aguantan una proyección en el tiempo y el espacio. Nada encuentra la persona como alejarse un poco para curarse de la psicosis y de la deformación de la proximidad que a todos afectan. Hay que viajar, exhortaba, para aprender, a pesar de todo, a perfeccionar, a tolerar.

En mayo de 1942 el escritor ampurdanés publicó Viaje en autobús en el sello Áncora y Delfín, de ediciones Destino, y aún es tenido por muchos estudiosos como uno de los mejores libros aparecidos en lengua castellana en la posguerra. Pla, con su asombrosa prosa, elogia el viaje como fin en sí mismo, sin objetivos ni destinos, realizado en una actitud morosa, que, fuera de todo exotismo, busca la desnudez del relato y mana de la observación solitaria y en silencio desde la magnífica atalaya de la ventana de un autobús. El narrador medita, rodeado de paisanos y viajantes de comercio, recorre la Costa Brava y hace de la lentitud un lugar desde el que evoca otros tiempos. Pla lee el periódico, fuma, padece frío, hambre… y resume una filosofía de vida: «Las ilusiones hay que reservarlas para aliñar las pasiones del amor y humanizar la ironía».

Ahora la Biblioteca Castro recupera Viaje en autobús junto a La huida del tiempo (que reúne los artículos que Pla publicó en 1943 en Destino en torno a un «calendario sin fechas» por encargo de Ignacio Agustí, amigo y director de la revista). Estos textos transitan por asuntos tan dispares como las cosechas, la pesca, la meteorología, las leyendas o las festividades, en un periplo «que no escapa a esa visión escéptica en que enlaza la dura realidad que le tocó vivir con esos momentos atemporales», apunta el editor. El tomo también incluye la novela La calle Estrecha (1951), premiada en su versión original catalana con el Joanot Martorell.

«Existen dos grupos de escritores -señala Sergi Doria al comienzo de su prólogo-, los que leemos (solo leemos) y los que, además de leerlos, nos acompañan». En este segundo tipo se enmarca Pla, el mayor prosista del catalán y uno de los grandes de la literatura española del siglo XX.