Burning: Ya es hora de incendiar

eduardo galán blanco

CULTURA

La nueva cinta de Lee Chang-dong toma como referencia un relato de Haruku Murakami

27 oct 2018 . Actualizado a las 09:44 h.

El cine coreano que nos va llegando, a cuentagotas, impresiona por su belleza, sus confrontaciones morales y una aguda capacidad de observación, proyectada sobre lo extraño de lo cotidiano. Aunque, sobre todo, las películas de Corea del Sur destacan por la provocación y la valentía con la que nos desafían; pensamos en filmes como La doncella o En la playa, sola, de noche, por citar solo un par de los que se han asomado últimamente a las pantallas comerciales.

El cineasta Siew Hua Yeo
El cineasta Siew Hua Yeo EFE | NACHO GALLEGO

El veterano Lee Chang-dong no dirigía desde Poesía, realizada hace ya ocho años. En Burning nos ofrece la adaptación de Quemar graneros, del escritor japonés Murakami, quien, a su vez, había tomado el título y la inspiración de su relato corto de otra narración breve de William Faulkner titulada Incendiar establos. Faulkner, precisamente, es el escritor que admira el protagonista de Burning, un chaval de clase baja que se acaba de licenciar y sueña con ser escritor mientras carga carne por los mercados y los súper de Seúl. En una entrega, se encuentra con una antigua amiga de la infancia, otra soñadora algo dipsómana, que le recuerda al chico un hecho borrado para él: le salvó la vida cuando, siendo niños, ella cayó a un pozo en su pueblo natal, un villorrio de granjeros, cerca de la frontera con Corea del Norte. Tras un viaje a África, la tierna soñadora llega con un nuevo amigo, escandalosamente rico, que toma como mascotas a los jóvenes parias. Y, de pronto, la chica desaparece.

Burning es un apabullante y hermosísimo thriller moral, al estilo Ruth Rendell o Patricia Highsmith, dotado de un espíritu de tensa confrontación social. La solidez de la narración, que arde en el puro control, trae, además, bien incrustadas, las perlas de la contenida pero emocionante encarnación del joven actor Yoo Ah-in y el esplendoroso debut de la casi niña Jeon Jong-seo, ansiosa, golosa, tierna alma herida que baila al atardecer en una conmovedora danza de la muerte; es la danza del muy hambriento, del que busca el sentido de la vida, mientras Miles Davis la mece con la música -no es casualidad, claro- del Ascensor para el cadalso de Louis Malle, otro vibrante filme de crímenes y lucha de clases. De gacelas y depredadores.

«BUH-NING»

Corea del Sur, 2018.

Director: Lee Chang-dong.

Intérpretes: Yoo Ah-in, Jeon Jong-seo, Steven Yeun, Kia Soo-kyung, Choi Seung-ho, Mun Seong-ku.

Thriller.

148 minutos.