Sitges arranca con el «remake» del filme «Suspiria» su maratoniano expositor de cine fantástico

José Luis Losa SITGES / E. LA VOZ

CULTURA

Fotograma de la película «Suspiria», de Luca Guadagnino
Fotograma de la película «Suspiria», de Luca Guadagnino

De Galicia llegan a Sitges Dani de la Torre para la première, fuera de concurso, de «La sombra de la ley», y el vigués Guillermo de Oliveira, con su primer largo, «Desenterrando Sad Hill»

05 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el desembarco de la Suspiria de Luca Guadagnino, Sitges inaugura sus diez días como gran expositor europeo del cine fantástico y de terror. Esa peculiaridad de festival -con un número de películas en su cartel inabarcable- es ya buque insignia en un certamen en el cual cabe que alguna de las propuestas más osadas y sugestivas te las puedas encontrar programadas en un maratón nocturno a las cinco de la madrugada. Esto es Sitges como festival non-stop, abierto 24 horas y todo lo que ello inyecta de singular a su decurso.

Así que es verdad que todos los focos de la jornada inaugural estuvieron este jueves depositados en el remake de Suspiria, que Luca Guadagnino ha realizado a partir del gran clásico del giallo -el cine italiano de terror de los 70, con sus dosis de thriller, cuchillos afilados y no menos estilizadas propuestas estética y oníricas- de Dario Argento, y que se estrenaba en el aula magna del festival, el Auditori de un hotel de lujo situado en las afueras. Pero, en torno a la una de la madrugada, y en una destartalada y entrañable sala del centro del pueblo con butacas old style se proyectaban, por ejemplo, Boar, la última joya de cine australiano con fieras como de otro tiempo, con un jabalí algo megalodón saliendo de esas praderas de nuestras antípodas de donde puede surgir cualquier especie. O El Golem, rareza en la que la industria del cine israelí entronca con tradiciones hebreas y sus derivas hacia el lado más oscuro.  

Raíces gamberras

Como catch all festival, Sitges te fuerza a trasnoches insólitos en salas ancianas en las que puedes encontrar las películas que responden mejor a las raíces genuinas y gamberras de lo que este certamen fue con más facilidad que en las galas cada vez más destinadas a público familiar del cómodo, aseñorado y gigantesco auditori.

Suspiria -que se quedó con un palmo de narices en el palmarés reciente del Festival de Venecia- fue recibida en la apertura de Sitges con similar división de opiniones. Cierta sensación de público defraudado ante las expectativas elevadísimas que despertaba el nuevo tratamiento que Luca Guadagnino da a los materiales del filme original de Argento. En puridad, esta nueva Suspiria -que llegará a salas comerciales la primera semana de diciembre- es fascinante ejercicio de estilo, una exhibición de virtuosismo en la coreografía de lo espectral que oculta una escuela de ballet para mujeres regentada por un cónclave de brujas que tiene en Tilda Swinton -presente en Sitges para recibir homenaje- a la veterana maga de lo tenebroso que disputa un poderoso tour de force generacional con Dakota Fanning.

El realizador Luca Guadagnino
El realizador Luca Guadagnino dfh

La Suspiria de Guadagnino limita el subrayado del terror en estado puro a una muy celebrada secuencia en la que el cuerpo de una de las bailarinas se va descoyuntando, poseído por íncubos, en uno de los laberínticos pasillos de este filme abigarrado, pantagruélico en sus más de dos horas y media de metraje con mucho del universo de Lovecraft. Cada una de las capas de este estudio de bailarinas asentado sobre la fuente del Mal y el infierno tan temido se respira como arriesgada pirueta de un autor como Guadagnino, siempre influenciado por esos gramos de locura que él sabrá de dónde obtiene pero que dotan a sus películas de una euforia y un frenesí a los que a mí me es imposible no agarrarme.

Entre las figuras que recibirán tributo en estos diez días de auroras boreales están Nicolas Cage -quien, tras tocar fondo, ha devenido estrella idolatrada de los amantes del cine trash-, Ed Harris, Peter Weir, la ex estrella del porno e icono pop Tracy Lords, o uno de los dos pesos pesados del cine de terror de este tiempo, M. Night Shyamalan, que se disputa el título con J.J. Abrams.

De Galicia llegan a Sitges Dani de la Torre para la première, fuera de concurso, de La sombra de la ley, su esperado segundo largo tras el comprensible éxito de su thriller coruñés, la notable El desconocido. Y el vigués Guillermo de Oliveira, con su primer largo, Desenterrando Sad Hill, homenaje al Sergio Leone de El bueno, el feo y el malo. Feos y muy malos, íncubos y súcubos, campean desde ya en este sin aliento llamado Sitges